[ Draken x Mikey] Bites.

Capitulo IV

-Siéntate en mis piernas-propuso Mikey, Draken lo miro raro.

-¿Por qué?

-Por la experiencia-Se excuso Mikey.

-No se como es que no estas muerto-Le dijo Draken, con el ceño frunció.

Bueno, Draken se acerco lentamente a su menor y dudo un poco si sentarse o no. Todos en la Toman los miraban atentamente como si fueran algún tipo de atracción. ¿Les importaba? no.

Kozutora, Baji y Emma le mandaban ánimos a Mikey a la distancia por otro lado Mitsuya se burlaba de Draken, porque era muy despistado provocando que Smiley y Hakkai lo miren mal.

-¡Ya siéntate!-Grito Baji muerto de curiosidad por lo que planeaba Mikey.

-¡Ven a obligarme, perro!-grito Draken a punto de irse a pelear con el de cabello negro, Mikey logro jalarlo y le volvió a pedir lo mismo-¿Pero cual es tu obsesión? solo es sentarse y ya-Draken con una vena sobresaliendo del coraje, se sentó sobre las piernas de Mikey haciendo que pierda el equilibro por un momento, sin embargo logro sostenerse a tiempo, se veía chistoso de cierto modo Ken era casi el doble de Mikey asi que algunos soltaron una risa leve, disimulando, claramente, eran muy jóvenes y hermosos parar morir.

Bueno a Baji le valía dos hectáreas de verga asi que comenzó a reírse como loco, parecía una foca ahogándose.

-Le parto la trompa-gruño Draken, cuando una vez mas sintió las manos de Mikey colarse desde sus caderas hasta sus muslos apretando y acariciando, después trazaron un camino hasta el pecho de manera disimulada, claro que eso era fácil ante la ropa holgada que llevaba ese día, los largos y delgados dedos de Mikey tocaban la dócil piel de los pectorales de su vice capitán.

El rostro de Draken se puso rojo de la vergüenza, se volteo a ver a Mikey algo molesto.

-Aquí no-Y esas cortas palabras, le dieron alas a Manjiro quien sonrió provocando que el sonrojo en el rostro ajeno aumente al ver lo lindo que se veía.

La reunión paso rápido y apenas llegaron a la casa de Draken que quedaba mas cerca, Mikey se sentó sobre la cama y palmeo sus muslos como si fuera un niño pequeño jugando.

Draken lo miro raro una vez mas. Mikey estaba cada día mas extraño.

-Mas tarde, tengo hambre ¿Quieres algo?

-Que te sientes en mi cara-susurro Mikey.

-¿Qué dijiste?

-Nada.

Draken le respondió solo con un ''uhm'' mientras sacaba algo de beber de la pequeña nevera que tenia en su cuarto, Mikey apenas lo habia notado, Kenchin no llevaba parches ese día o al menos no para cubrir las marcas que le habia hecho hace poco en su casa, su corazón estallo de felicidad. Observo lentamente como el agua pasaba por la garganta de el mas alto, el como su manzana se movía de abajo hacia arriba al ritmo que tragaba, los Sano si que tenían un muy buen gusto.

Mikey se recostó de espaldas sobre la cama y entonces sintió un peso sobre él, el simple hecho de ver a Draken encima suyo limpiando su mandíbula por el liquido que habia resbalado de la comisura de sus labios, era completamente erótico a su parecer.

-¿Qué ves? ¿No era esto lo que querías?-Dijo el mas alto, Mikey se sentó y deslizo sus manos a las caderas ajenas mientras hundía su rostro en el pecho ajeno, apretaba los muslos del mayor y mordía nuevamente su cuello.

Si el rostro de Draken se pudiera poner mas rojo, lo haría.

Mikey alzo la camiseta de su vice capitán, colándose debajo de esta para dejar mordidas sobre los pectorales y cerca de los pezones.

-Oi, Mikey espere..¡Ah!-gimoteo Draken, con las mejillas completamente rojas y sus manos sobre los hombros del contrario apretándolos.

La boca de Manjiro habia atrapado el pezón derecho de Ken, lo chupaba y lamia como si fuera algún tipo de dulce y la cosa hubiera pasado a mayores si no hubiera sido por esa mocosa.

-¡Draken!-grito mientras abría la puerta de golpe- Ah, perdón por interrumpir, ya me voy.

-¡Toca antes de entrar!-Grito el mas alto de los tres, tirandose hacia atrás provocando que se golpee en la espalda-¿Qué demonios te paso? -La muchacha tenia el rostro cubierto de moretones y golpes acompañada de un poco de sangre.

-Nada, le dije a Baji que mi gato era más bonito que el suyo.