Me cuesta abrir mis ojos, como si mi mente quisiera seguir durmiendo pero mi cuerpo, por alguna razón, me exige despertarme.
Los abro un poco molesta, al sentir como el sueño se va inmediatamente pero la pereza de quedarme aun acostada me invade.
Aparto mi cabello de mi rostro, trato de moverme hacia mi mesa de noche para tomar mi celular pero algo me detiene.
Estoy acostada de lado viendo mi closet blanco un poco abierto, con algunas prendas de ropa tiradas y zapatos por todos lados.
Levanto mi sabana y suspiro al ver una mano, dentro de mi camisa, apretando mi pecho.
Aparto la mano y me muevo un poco para tomar mi celular.
Las cortinas están completamente abiertas así que la luz del celular no me afecta tanto.
Me enojo con mi misma al esperar un mensaje que sé que no llegará, no en un tiempo al menos.
Veo la hora sin verla realmente antes de acostarme nuevamente en mi cama, tapándome hasta la nariz para que el frío de la mañana no me invada por completo.
Pasan aproximadamente tres segundos, tres segundo en el que la hora que mi ojo vio en el celular llega a mi cerebro para procesar la información.
Y luego de esos tres segundos, los siguientes dos son de completo pánico.
—¡Mierda!—aparto las sábanas y me acerco nuevamente al celular esperando haber visto mal. — No puede ser, no puede ser no puede ser.
7:12am
—¡Mierda! ¡Declan! ¡Levántate ahora mismo!—dejo mi celular, tomo una almohada y se la lanzo a mí mejor amigo que gruñe asustado por el golpe, pero no se levanta.
Corro al baño y lavo mi cara lo más rápido que puedo.
—¡Declan! ¡Vamos! ¡Declan!—salgo de mi baño luego de haberme lavado los dientes rápidamente.
Corro hacia mi closet abriéndolo.
Mala idea, una gran pila de ropa cae sobre mí, haciendo que me resbale.
Gruño enojada.
—¡Declan!—grito por inercia, el chico gruñe nuevamente sin entender tanto grito tan temprano.
Busco una camisa blanca de botones entre el montón de ropa, busco la falda roja vino también y finalmente visualizar la corbata roja con dorado.
Corro hacia mi cama dejando todo sobre ella.
Mi ansiedad crece al ver que todo está demasiado ajado.
—¡Declan! Busca mis zapatos, llegaremos tarde, ya es muy tarde. — salgo del cuarto a buscar la cesta con ropa limpia que dejé justo al lado de las escaleras, siendo muy perezosa como para subirla yo misma.
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Skins: Willow & Declan
Teen FictionEstaban juntos, en las buenas, en las malas y en las peores. Seis amigos contra el mundo. Tratando de sobrevivir sin ser consumidos por el oscuro lugar que los rodea. Pero a pesar de todo, siempre, siempre juntos, levantándose en cada momento, apoyá...