Estaban juntos, en las buenas, en las malas y en las peores.
Seis amigos contra el mundo.
Tratando de sobrevivir sin ser consumidos por el oscuro lugar que los rodea.
Pero a pesar de todo, siempre, siempre juntos, levantándose en cada momento, apoyá...
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Ava apenas está empezando a presionar el freno cuando yo ya he abierto la puerta y saltando fuera del auto.
—¡Willow!—el grito de la rubia me hace reír.
Pero yo no me detengo, corro, emocionada al ver el gran cielo arriba de la hermosa vista de la ciudad.
Mis pies se detienen en la baranda oxidada que han hecho, que evita que mi cuerpo caiga un par de metros hacia abajo en el gran acantilado.
Estiro mis brazos a mis lados y cierro los ojos al sentir una gran brisa moviendo mi cabello de un lado al otro.
Mi sonrisa se hace más grande.
Escucho como el carro se detiene y la puerta del piloto se cierra antes de escuchar los pasos apresurados de Ava que se acerca a mí.
Luego de un rato abro los ojos observando a la chica rubia exactamente en la misma posición que yo.
Sus ojos están cerrados y su cabello rubio se mueve.
Empiezo a reírme al mirarla lo que hace que sus verdes ojos se abran y me miren.
La hermosa sonrisa de Ava aparece.
La chica se acerca a mí y me envuelve en sus brazos. Nos reímos mientras saltamos.
Volteamos a vernos y sin previo aviso las dos corremos hacia el auto.
Ava saca el parlante y pone música a todo volumen.
Corro por la maleta y saco una de las botellas abriéndola y dándole un gran sorbo.
Me quejo por el ardor pero grito de emoción.
Cierro la botella y se la lanzó a Ava, la chica la agarra y da un sorbo también.
Abro el baúl del auto y sacó la gran maleta que Wesley nos preparó como cada vez que ella y yo decidimos ir ahí.
Sacó una gran funda negra y la colocamos en el piso. Poniendo algunas piedras y trombos gruesos para que no se la lleve el viento.
Y luego ponemos todas las sábanas, grandes gruesas y cortas logrando una cama improvisada de como 3 metros por tres metros.
Me quito los zapatos y empiezo a saltar encima escuchando música y gritando un poco.
Una almohada golpeó mi rostro, la tomo riendo viendo como Ava tiene las bolsas de la tienda y otra almohada. Tira todo sobre la cama y yo me tiro para abrir algunos dulces y chocolates.
—¡La pizza!—grita cuando Ava ya se ha sentado dándole otro sorbo a la botella.
Me pongo mis zapatos lo más rápido que puedo abriendo la puerta de atrás del auto veo las cajas de pizza y las saco.
Mi celular vibra y le escribo rápidamente a Declan y a Wesley que ya hemos llegado.
