Empezó a llover.
En un momento de la noche empezaron a caer gotas.
Eran pocas pero lentamente comenzaron a ser más y más hasta al punto en que el cielo estaba cubierto de una enorme nube negra.
Mi cabello está empapado, sobre mi rostro y está todo enredado.
Todo lo que llevo en mi maleta está igual, todo mi cuerpo está completamente mojado.
Camino a casa sola, bajo la lluvia esperando ingenuamente que sea mi madre la que abra la puerta, que me pida disculpas, que me diga que regresa a casa para cuidar de mí.
Pero no es ella la que está en las escaleras.
Me quedo parada frente a mi casa, mi maleta cae al suelo, mi cuerpo siendo incapaz de sostenerse más tiempo.
Mis temblorosas piernas ya no pueden dar un paso más.
Es increíble que haya podido llegar hasta casa desde ese viejo y mugriento motel.
Mi barbilla tiembla al ser consciente del dolor que invade mi cuerpo, que invade mi pecho.
Mi mirada se niega a levantarse, más al saber que Declan, que ha estado esperando fuera de mi casa desde que le dije que me iría con Marcus, se ha levantado y ha corrido hacia mí para sujetar mi débil cuerpo mientras cae sobre el duro asfalto de la acera.
Declan me sujeta mientras mis temblorosas manos sujetan su camisa, mientras las lágrimas se mezclan con la pesada lluvia que cae sobre nosotros.
Delcan me sujeta, esperando que esté lo suficientemente tranquila para poder levantar mi rostro, para poder enseñarle las marcas que él ha dejado sobre mi cuerpo otra vez.
Y lo hago, luego de lo que parecer ser una hora levanto mi rostro, mostrándole mi ojo hinchado, que será morado en un par de días, mi labio roto, mi cuello con moretones y mi mejilla inflada y con un pequeño corte.
Dejo que, otra vez, mi mejor amigo vea el resultado de mis acciones.
Declan me mirada sin decir nada, mientras silenciosas lágrimas se deslizan por sus mejillas.
Cualquiera podría pasarle desapercibida pero yo sé que están ahí, porque su corazón está destrozado igual que el mío.
Declan se levanta y toma mi débil cuerpo en brazos.
Me acurruco en su pecho aun sin poder dejar de sollozar.
Entramos a casa, mojando todo a nuestro paso.
Declan entra conmigo al baño, donde previamente él ha llenado la bañera con agua caliente.
Me suena en el pequeño banco que está dentro de la bañera, haciendo que mis pies se sumergen en el agua casi hirviendo.
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Skins: Willow & Declan
Teen FictionEstaban juntos, en las buenas, en las malas y en las peores. Seis amigos contra el mundo. Tratando de sobrevivir sin ser consumidos por el oscuro lugar que los rodea. Pero a pesar de todo, siempre, siempre juntos, levantándose en cada momento, apoyá...