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Capítulo Uno: Amor, melodias y caricias.

Amor.

Un sentimiento que no conocía lo suficiente.

No lo entendía, ni le importaba hacerlo.

Estaba seguro que sí lo llegara a sentir algún día, seria una tortura para él.

Pues su padre murió por amar, y su madre murió por darlo a luz.

Lan Zhan suspiró, y se levantó de su cama con una molestia en el pecho. Últimamente no conciliaba el sueño, aunque no le prestaba atención a ello, creyó que se debía al estrés por estar en su último año de universidad.

Miró a su alrededor, y sólo vio un leve rayo de luz asomándose por la ventana, su vista de dirigió al reloj frente a él.

-Cinco con tres minutos-Esbozó a lo alto, y se levantó de la suave cama.

Su largo cabello llegaba hasta su cadera y con suavidad, lo ato en una coleta alta.

-Dejaré una nota-Habló para si mismo, escribiendo en un pequeño papel "Salí a trotar, regreso a las siete".

Luego de redactarla, cambió su pijama por ropa deportiva y salió de casa, no sin antes dejar la nota pegada a la puerta de su habitación y tomar su celular y auriculares con él.

La mañana junto con la suave y refrescante brisa, hacían de su trote un lugar acogedor.

Flexionó sus piernas, estirandolas por varios segundos y vio como su vecino de al frente, salía de su casa a ejercitarse, al parecer.

No le prestaría atención, sus nuevos vecinos eran muy ruidosos y habladores, no le gustaba ese tipo de personas.

Le restó importancia, y empezó su trote lento, pero feliz.

[...]

Wei Ying amaba trotar durante la mañana, y ese preciso día había dormido demasiado y despertó muy pronto.

Decidió gastar parte de su tiempo fuera de casa, no sin antes avisarle a su hermana mayor, Jiang Yanli que saldría a trotar.

Vio a su vecino, hace dos días se había cambiado al vecindario y no conocía a nadie además de a los Wen, sus vecinos de al lado.

Sonrió.

-Quizá esta sea mi oportunidad de conocer a alguien más aquí-Susurró, y estiró su cuerpo hacia delante, formando un puente.

Levantó su cabeza, y vio como su vecino ya estaba por salir del vecindario.

-Oh, no-Se levantó y troto tan rápido como pudo, después de todo, cinco cuadras con tres casas cada una, no era algo mínimo y hace mucho que no practicaba un deporte.

-¡Hey!-Dijo con cansancio tocando suavemente el hombro de su vecino.

-No me toques-Lan WangJi lo miró indiferente.

-¡Oh, lo lamento!-Hizo una pequeña reverencia en forma de disculpa-Soy Wei Wuxian, mi nombre de cortesía es Wei Ying, me cambié recientemente a aquella casa-Dijo apuntando a su algo lejano hogar- ¿Cuál es tú nombre?-Los grisáceos orbes del Wei hicieron contacto directo con los dorados del Lan, parecía que a sus ojos les saldrían brillos de emoción.

No Merecemos Un final Feliz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora