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Capítulo Cuatro: Primer beso y resultados.

Una semana paso desde que Lan WangJi fue llevado al hospital por su repentino desmayo.

Desde aquel día Wei Wuxian lo había estado evitando.

Suspiró y se levantó, miró el reloj de su habitación marcando las “05:50 a.m”. Había dormido muy poco desde su visita al hospital. Pensó que sería por estrés o nervios debido a los exámenes que debe realizarse.

Tomó su celular de la cómoda; Quería escribirle a Wei Ying.

Abrió el chat de su amigo y escribió “¿Podemos hablar?”. Al instante borro el mensaje sin enviarlo sintiendo un gran arrepentimiento.

Tomó su bata de dormir del perchero, para evitar que su cuerpo de enfriara al salir de su cómoda y tibia habitación; iría a preparar un pastel de disculpas para Wei Wuxian.

Aunque no era muy bueno haciendo dulces, así que le pediría consejos a su hermano, aunque esté lo sacará a patadas de su habitación por despertarlo tan temprano.

Caminó a la habitación de su hermano, al fondo de aquel gran pasillo. Tocó la puerta dos veces y la abrió con cuidado.

—Hermano—Le llamó en un susurró. Lan Xichen se removió entre sus mantas y destapó su cara.

—¿WangJi?—Preguntó frotándose los ojos.

—Si, hermano.

—¿Qué sucede? ¿Qué hora es?—Lan Huan aún tenía sueño y quería seguir durmiendo. Tapó su cara con las sábanas para evitar ver la luz del pasillo.

—Necesito ayuda..—Antes que Lan Zhan terminará de hablar, Lan Xichen se levantó a velocidad sobrehumana y lo miró atentamente, como si hubiera despertado hace ya horas.

—¿Qué sucede, WangJi?—Tomó sus manos cuidadosamente esperando una respuesta.

—Quiero hacer un pastel...—Al mayor de los hermanos le brillaron los ojos y con entusiasmo se puso pantuflas y su bata de dormir.

—¡Debiste empezar por eso!—Habló entusiasmado, arrojando los libros de su estantería junto a Lan WangJi—¿Es para el joven Wei Ying? De seguro es para él—Sacó un libro de tapa dorada y letras negras—Serían tan linda pareja si tan sólo fueras más valiente.

Lan Huan empujó a su hermano fuera de su cuarto.

—Apresurate, haremos el mejor pastel de la tierra—La sonrisa del mayor era más brillante que el sol de la mañana, por lo que Lan Zhan tuvo que entrecerrar sus ojos.

—Mhn—Sólo dejó que el mayor lo empujara durante todo el trayecto hasta la cocina.

[...]

Lan Xichen buscó un mandil, que solía usar cuando iba a la escuela y preparaba el desayuno para su tío y hermano.

—Ponte esto, WangJi—Le entregó un mandil parecido al suyo, pero tenía conejos blancos, no gatitos.

—Hermano—Sus ojos brillaban al ver a aquellos conejos—Gracias...

—Nada de gracias, busca harina, polvos de hornear, esencia de vainilla, mantequilla, huevos, crema para batir y traeme fresas—Mientras su hermano hablaba, él anotaba los ingredientes, aunque su hermano no le dio las cantidades.

—De acuerdo—Lan Huan sonrió y vio a su hermano salir de la cocina a la despensa.

Tomó su celular con rapidez y le escribió a su vecino: Jiang WanYin.

No Merecemos Un final Feliz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora