Novios Al Rescate

XVIII

CINCO AÑOS ATRÁS.

_Bien hecho muchachos, han logrado una gran hazaña, sobre todo tú Kanawut, tu equipo es uno de los mejores en la WSO, no me equivoqué con ustedes, son nuevas piezas para pulir, ¡¡ahora váyanse!!, ustedes dos estan asignados para resguardar la seguridad de la criminal hasta su extradición, Kanawut estas a cargo._

_¡¡Sí señor!!,_ el pelinegro y su compañero respondieron en unísono, con su típico saludo militar, mientras su superior se retiraba.

"Porque tienes todo el crédito, fui yo el que dió la orden para que lanzaran los explosivos", pensó su compañero apretando los puños.

_Menos mal que la mujer se rindió, hubiera sido terrible tanto explosivo en zona civil,_ murmuraba Kanawut alistando su canguro con armamento.

_Buen trabajo Gulf,_ habló su compañero, con una sonrisa.

_De que hablas First, no solo fui yo, también tú y todo el equipo, ahora vamos,_ le sonrío a su compañero y mejor amigo.

Kanawut, cuando tuvo uso de razón, se enteró que lo habían dejado en una canasta y abandonado en la puerta de un orfanato, las monjitas le habían dado el nombre de Gulf, cuando cumplió la mayoría de edad, adoptó el apellido de una de las cuidadoras que lo trataba como una madre en la casa hogar donde creció, justo antes de que esta muriera y con ayuda de su amigo First, buscó a su familia biológica, queriendo saber porque lo abandonaron, chocando con la cruda realidad de que la mujer que lo dió a luz había muerto con el pasar de los años y su padre ya tenía nueva familia adinerada, lo único que le gritó, fue que nunca lo desearon y que por eso lo desecharon.
Cuando era pequeño había vivido en el orfanato, hasta la edad de seis años, cuando fue adoptado, llegando a un hogar en donde aparentemente vivía una buena familia con muchos hijos, pero al final resultó ser brutalmente maltratado por personas que les gustaba infringir dolor por diversión, haciendo que se enfrentara contra los demás niños, cuando no obedecía, era castigado con cien latigazos, hasta que despues de seis meses de maltrato, decidido, escapó de la familia que creía que le daría amor, durante cuatro años, su carácter fuerte y mirada intimidante habían hecho posible que pudiera sobrevivir a las duras calles de Bangkok, hasta que debido a un pequeño incidente por un robo de comida, fue sacado de la calles y llevado a una casa hogar, él no tenía la culpa de que tuviera una mirada que asustara, en esa casa hogar creció y conoció Chalongrat.
First fue la primera persona que se le acercó y desde ese momento se hicieron muy buenos amigos, compartían y hacían todo juntos, incluso fueron al ejército juntos, hasta cuando Gulf fue elegido para ser reclutado a la WSO, First también había decidido seguirlo y pasó todas las pruebas para ser admitido también.
Gulf consideraba a First como su hermano.

_Sí, como digas,_ contestó Chalongrat, luego ambos salieron rumbo al camión blindado que llevaría a la prisionera a Azkaban.
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_Pero que tenemos aquí._
La voz ladina de un hombre en sus cuarenta, alto, piel acanelada, bien fornido, con la cabeza rapada, ojos negros y vestido en traje azul, resonó en el interior del vehículo especializado que trasladaba prisioneros a Azkaban, la cárcel de máxima seguridad.

_¡¡No me toques animal!!,_ gruñó la prisionera moviendo su cabeza, la cual estaba siendo tocada por la mano contraria, la prisionera tenía grilletes en las manos, en los pies y en su cintura tenía un grillete circular que la aseguraba a la parte interna del vehículo, en donde estaba sentada.

_Uhm, arisca y todo, de esas son mis favoritas,_ le susurró en la oreja a la prisionera sujetándola del cuello, mientras que con la mano libre le acariciaba los muslos.

_¡¡¡Maldito, si me sigues tocando, te mataré!!!,_ atacó la prisionera con voz rasposa por la falta de aire, debido a la presión sobre su cuello.
Mientras sus muslos seguían siendo tocados, unas voces se escucharon desde el exterior, haciendo que el sujeto se separara bruscamente de la prisionera.