✿𝔼𝕟 𝟚𝟘 𝔻𝕚𝕒𝕤✿ .Baji Keisuke. :)

✿𝔻𝕚𝕒 𝟝✿

Viernes 26 de Julio.

El grupo de 3 se encontraba comiendo en la azotea de la escuela, el día no estaba tan nublado, de a poco las nubes se dispersaban. Cada uno comía su almuerzo.

—¿El domingo quieren salir a algún lado? — preguntó el de ojos celestes.

—¿A donde? — Dijo el de cabellos largos.

—No lo sé, vayamos a algún centro comercial — propuso.

—Yo no creo que pueda, tengo que estudiar

—Vayamos un rato a la tarde.- Insistió el pelinegro.

—Intentaré convencer a mis padres — Dijo dudando, sus padres eran estrictos, creían que lo único de debía hacer en la adolescencia era estudiar y estudiar. —Cambiando de tema, ¿Ustedes tienen mascotas?

—No, pero a veces entran a mi casa gatos callejeros — Respondió Baji recostandose en el suelo para mirar el cielo.

—¡Si! ¡Mi gato se llama Peke J!

—¡Que lindo! ¿Les gustan los animales?-

—Si, me encantan, ¿Y a ti? — Respondió el rubio.

—¡Me encantan! Aunque no me dejan tener mascotas — Dijo cabizbaja. —Pero cuando sea grande me encantaría tener un lugar grande para rescatar animales de la calle para que la gente los adopte — Sus ojos brillaban cuando pensaba en ese sueño.

Baji la miro sorprendida, sus gustos y sueños eran parecidos.

Cuando toco el timbre fueron rápido a los salones. Baji antes que la chica se vaya a su aula la agarro del brazo.

—Cuando salgas de la escuela espérame un momento afuera, ¿sí? — dijo rápido para luego soltarla e irse antes de que pregunte el porqué.

Se acercaba la hora donde Chieko se retiraba, y donde Baji se iría de la escuela por un "dolor de cabeza".

Al llegar la hora, el pelinegro fue a la enfermería diciendo lo mucho que le dolía. Le dieron un medicamento y le aconsejaron que se retirara.

Todo salió más que bien, Chieko estaba afuera esperando, cuando los vio no entendía nada.

—¿Baji? ¿Qué pasó? — preguntó la fémina al verlo con cara dolorida, obviamente fingida.

—No me siento bien, me duele la cabeza — mintió.

—Deberías ir a tu casa, ¿vamos?

—Vamos.

Ambos empezaron a caminar rumbo a sus hogares. Pasaron al lado del mercado donde Baji detuvo a Chieko y dijo que esperara.

—Toma — le dió un helado en palito una vez salió del local.

—Oh, gracias ¿Cuánto costó? —preguntó ella agarrando el helado.

—Nada, es un regalo por esperarme — respondió y sonrió, mostrando sus colmillos.

—Pero-

—Nada de peros.

Ella se quedó callada y miró a otro lado, sintiendo su cara arder un poco.

Durante la caminata sin querer Chieko soltó el papel donde venía el helado y se agachó a recogerlo.

—¡Buen culo, linda! — Gritó un chico.

Ella se levantó e intentó bajar su pollera mientras miraba el suelo avergonzada. Baji volteo a ver la persona que le gritó y al verla corrió hasta ella.

—¿Qué dijiste, idiota? — interrogó y alzó un puño. —¡¿Crees que puedes ir por ahí incomodando las chicas, estupido pervertido?! — el puño impactó en el rostro del desconocido haciéndolo caer al suelo.

—¡Baji! — la chica corrió hasta el y lo tomó de los hombros. —Cálmate, no pasa nada ¿si?

Él solo chasqueó la lengua y tiró su helado en la camisa blanca del desconocido. —Púdrete.

Siguieron caminando en un silencio bastante incómodo. Ninguno sabía cono romper el hielo hasta que llegaron a la puerta de la casa de Chieko.

—Gracias, Baji — agradeció mirándolo a los ojos.

—Lo siento, no quería asustarte.

—Está bien, gracias por el helado y por todo.

—Bien.

—Nos vemos mañana, descansa — saludó ella y entró a su casa.

Él se dio la vuelta y fue hasta su departamento. Estaba preocupado.

—¿Hice que perdiera confianza? — se preguntaba. —Mierda.