Melancolía

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Hice varios intentos, grabé y eliminé varios audios, no tenía idea de porqué lo hacía o la necesidad de mandarle algún mensaje. Paré en el camino, algunos recuerdos con el venían de manera repentina, como si un fugaz recuerdo viniera de lo que habia sucedido. Desbloqueé mi celular y lo dirigí hacia la carpeta de galería en donde aún tenía mis fotos y videos con el, era lo único que me quedaba.

Jiyongie, ¿estás grabando?

—Si.

El sonreía mientras hablaba y hacia ademanes.

—Toma la foto bien.

—Espera...oh...

—¿Qué ocurre?

—Lo siento, estaba en grabación.

El comenzó a reírse escandalosamente. Su sonrisa era genuina en donde mostraba sus dientes y sus ojos se cerraban un poco.

—Este es un recuerdo que seguro guardarás.

Sonreí en el momento que empecé a grabarlo mientras decía incoherencias. Cuando acabó de hablar me acerqué hasta el y volvió a reírse.

—Vamos a capturar este otro.

Nuestros labios se rozaron entre sí y a medida avanzaba el beso se intensificaba este.

Sé que tuve mucha culpa por nunca decirle nada de lo que estaba pasando en mi mente, tampoco de decirle lo exigentes que estaban siendo conmigo respecto a estar con el, ni de cómo se dieron las cosas, que nunca dejé de amarlo pero ya es tarde para remediarlo. 

Me reprocho aún la manera en que te dejé ir de mi vida, ni siquiera me di cuenta de lo egoísta que estaba siendo contigo, de lo mala persona que fui contigo y no fue hasta que ya era tarde que entendí el daño que te hice.

~~~

Había estado indeciso de todo pero sabía que Ri también sentía lo mismo. Tomé el valor gracias a Bae que me incitó a que le dijera la verdad y dejara de jugar con el a coquetearle, en un inicio no estuve seguro pero después me arrepentiría si no lo hacía.

—¿Puedes venir?

Esperé unos dos minutos que se me hicieron eternos para su respuesta, el accedió.

Limpié mi apartamento, vi recetas de comida para hacerlo especial y compré unas velas para tratar de darle un ambiente romántico y puse aquella canción vieja pero que aún me gustaba. Me sentía emocionado y nervioso.

El llegó puntual, dio los toques y con mi corazón hecho una carrera abrí la puerta. El, tenía ropa oscura, un abrigo negro combinado con una bufanda gris que cubría su cuello, llevaba consigo aquel sombrero negro y una sonrisa dibujada en su rostro junto a ese olor característico de el.

—Hyun. —sonreí al mismo tiempo.

—Pasa.

El entró inmediatamente dejando el sombrero, su bufanda y su abrigo en el perchero.

Se sentó en el sofá, mientras aquella vieja canción comenzaba a sonar y las luces se atenuaron y hacian la combinación con las velas.

—¿Has cocinado?

Asentí y el sonrió fingídamente.

—No te haré daño, lo prometo.

Seungri se paró a buscar entre todas mis películas de reliquias y tomó la que menos creí que pondría, "The Dreamers" quise tratar de no ponerla pero es obstinado y al final la puso.

Prohibido Estar Contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora