Capitulo 12💘

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Despedimos a mi madre y a mi padre con las manos al aire, mientras se subían a la camioneta que los llevaría al jet privado de la familia.

Mi corazón ya empezaba a brincar dentro de mi pecho. Se iban por tres semanas, y yo me quedaba aquí sola, con Jean, por tres semanas.

No era una buena idea.

Para nada buena.

—¿Por qué tan nerviosa?— dejó salir en burla mientras veíamos el carro desaparecer del campo de nuestra vista.

Le rodé los ojos fastidiada.

—Estás loco, yo-yo...no estoy nerviosa— eso no había salido como lo esperaba, tenía la voz quebrada.

—¿Tanto temor me tienes?— me preguntó volteando toda su atención a mí.

—¡¿Yo temor a ti?! Hazme el favor. No me hagas reír— dije con un tono de timbre alto y nervioso.

—Ay Darían, nunca dejas de hacerme reír-

Se carcajeo tan fuerte que hizo eco en el pasillo dónde estábamos.

—¡¿Por qué te ríes así?! ¡Cretino!— le mastique molesta.

—¡Oye! ¡Más respeto para tu hermano mayor!-

Cruzó los brazos cambiando de expresión a una más seria.

—Lo siento, tú tienes la culpa-

—Yo tengo la culpa de tu lenguaje tan florido-

—Sí-

—Estás loca, conejita-

—Yo, tú eres el que está loco y súmale a eso lo dañado— repliqué irritada, ya que no paraba de reír.

—Sí, como digas— me dijo dándose la vuelta y metiéndose a la casa.

La desesperación que tenía no me dejaba pensar, no paraba de morderme las uñas. Moriría de nerviosismo.

No quería entrar a la casa.

¿Miedo?

Sí maldic***, tenía miedo de correr a sus brazos y dejar que me besara hasta que la luz del otro día nos acariciara. Que fuera virgen no me hacía inmune al sentimiento que despertaba en mí. A ese deseo quemante que corría en mis venas cuando su respiración acariciaba mis labios.

Mis ojos se abrieron aliviados.

Por fin, estaban aquí.

El auto de Marian había llegado y había traído a Nataly con ella.

—Sí, a tiempo— musité corriendo a recibirlas.

Lo estacionó y se bajó de este. Me observo y me saludó con su actitud alegre como siempre.

Le había pedido a Marian que viniera a quedarse unos días conmigo, sabía que si ella estaba aquí, nada iba a pasar entre Jean y yo.

Marian y Nataly bajaron una maleta y se dirigieron a dónde yo estaba.

—¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo estás, Darían?-

—Hola— dijo Nataly arreglándose el cabello.

Marian se acercó a mí y me abrazó fuerte. Me dio un beso en la mejilla.

—¡Marian qué alegría verte!— mi felicidad brotaba, no dejaba de mostrar emoción. Estaba aliviada. —Ven, les ayudo con la maleta-

—No es mucho, solo algunas prendas— sacudió la mano.

Nataly se me adelanto a la puerta.

—¿Dónde está Jean?— preguntó intrigada.

—¿Jean?— replique nerviosa. —Está adentró-

HERMANASTROS_ JEARIAN💘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora