Capitulo 21💘

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Mis ojos se abrieron lento con gran pereza, suspiré y con mi mirada busqué a Jean, pero ya no estaba.

Ya la luz del día estaba entrando por la ventana.

Me levanté y sobé mi cabeza. Aún estaba con la ropa del día anterior.

¿Acaso había soñado?

Anoche Jean se había quedado dormido aquí en mi cama, a mi lado. Froté mis ojos y me levanté, me metí a la ducha, me cambié. Hoy me había puesto una falda, una blusa algo holgada y unas sandalias.

Bajé y entrando a la cocina la voz de Nana lleno mis oídos. Ella estaba cantando como siempre lo hacía, no entendía de dónde sacaba tanta energía. Sus caderas se movían de un lado a otro mientras seguía el ritmo de la música que siempre tenía en la cocina.

Cuando acababa de llegar al Estate, el lugar dónde me pasaba la mayoría del tiempo era en la cocina, siempre estaba llena de armonía. De ese amor que ella le ponía a su pedazo de territorio.

Nana seguía bailando al ritmo de la música, mientras cocinaba.

—Buenos días Nana. Tan feliz como siempre— dije apretujándola y comiéndomela a cariñosos besos.

Se sobresaltó un poco, no me había escuchado entrar.

—Mi niña hermosa, buenos días-

—Huele rico, pero todo lo que tú preparas huele así-

—¿Te sirvo un poco?-

—Sí, está bien— le dije sentándome en la barra de la cocina.

—¿Tienes trabajo hoy?-

—Así es. Tenemos una sesión para una marca de pantalones rasgados, están muy de moda-

—Ah, esos que parecen de vagabundos— dijo sonriendo entregándome el plato de comida.

—Esos mismos— piqué mi comida y me metí un buen trozo. —¡Mm...! Está de-lici-oso co-mo sie-mpr-e— le dije con la boca casi llena.

—Sabes que no debes hablar con la boca llena, es de muy mala educación-

Jean me reprendió tan pronto entró por el umbral de la cocina.

Parecía un papá regañón.

Entró con su botón encendido de empresario apretado. Todo formal en su traje. Sonreí al verlo tan serio, me mordí los labios ya que se veía hermoso. Aunque fuera un empresario apretado, no le quedaba mal, se veía tan atractivo en esos trajes.

Fino y elegante, con una misteriosa honda que lo hacía lucir tan sexy.

Se acercó a mí y me dio un beso en la frente. Me puse roja de vergüenza, aunque sólo había sido en la frente me removía todas las fibras del cuerpo.

—Jean, buenos días mi niño. Cómo amaneciste-

Nana lo observó con ternura.

—Bien Nana, digamos que después de días al fin tuve una noche muy tranquila— me observó y sonrió.

Yo seguía con las mejillas rojas.

—Qué bueno que hayas descansado. Tampoco debes matarte en el trabajo-

—Lo sé, y te agradezco que te preocupes por mí-

—Claro que sí mi amor, deja recojo unas manzanas que Phillip trajo de la huerta el día de ayer. Les haré un pie para al rato que vuelvan del trabajo. No tardo nada-

Nana salió de la cocina en carrera.

Jean se acercó a la cafetera y se sirvió café, camino hasta la barra dónde me encontraba, se sentó al lado mío y me sonrió. Yo parecía niña pequeña, estaba embobada con todo lo que hacía. Tosí leve y volteé mi rostro a mi plato. No importaba si ya me había acostado con Jean varias veces, seguía sintiéndome avergonzada ante su presencia.

HERMANASTROS_ JEARIAN💘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora