El cuerpo me dolía cómo si miles de agujas estuvieran incrustadas en mi piel. Me moví en la cama de un lado para el otro sin poder acomodarme de tanto cansancio emocional que sentía en mis hombros. Abrí los ojos y un repentino malestar se removió en mi estómago, me levanté de golpe corriendo hacía el baño.
Las ganas de vomitar se empezaron a remover en mis entrañas. Esto era terrible, el estómago se me revolvía cada vez más, además me sentía mareada.
Me acerqué al lavamanos y prendí la llave del agua mojándome el rostro, no podía creer que en verdad estaba embarazada y esto era parte de eso. Observé mi reflejo en el espejo, y noté que me veía terrible, más pálida, mi cara estaba perdiendo su forma, las mejillas se me estaban chupando.
Suspiré hondo y pude ver que estaba en el baño del cuarto de Austin, él otra vez me había dejado dormir en su habitación.
Ese hombre era increíble, a pesar de todo lo que había pasado ayer y todo lo que ya le había hecho, él estaba comportándose increíblemente amoroso, hasta se había peleado con su hermana por mí. Pero ya habíamos terminado, habíamos marcado nuestra relación el día de ayer y ahora sólo nos unía la necesidad que tenía por tener alguien a mi lado, que pudiera ayudarme a enfrentar todo lo que venía.
Salí del baño y lo vi acurrucado en su sofá con la manta en sus pies, me acerqué a él y lo cobije, se removió al sentirme pero no abrió sus ojos.
Me metí en la cocina y preparé algo de café. Hoy tenía que ir a ver a mi padre pero el solo pensar salir me atemorizaba, tener que enfrentar a toda la prensa, además tenía que trabajar, estábamos abarrotados de trabajo y Matt no le importaba que se estuviera cayendo el cielo. Tantas cosas me ponían la piel chinita, el cuero cabelludo me picaba. Todo este estrés no era bueno, pero no podía evitarlo todo a mi alrededor era un caos, tenía que ir a la empresa y hacerme la fuerte.
El timbre del ascensor sonó anunciando que alguien venía, me asomé a ver quién era y vi a Rachel con furia en sus ojos, ella estaba hecha una furia. Venía dirigiéndose hacia mí con las palabras en la boca.
—¡Mald*** así que sigues aquí!-
Empezaba acostumbrarme que ya no me llamarán por mi nombre.
Se acercó con una aura intimidadora empujándome hacia atrás.
—Rachel— musité agarrándome de la mesa para no caer al suelo, ella había invadido mi espacio personal.
—Oh mald*** per**, a mí no me vengas con esas mierdas de arrepentimiento porque en mí no funcionan-
—En ningún momento dije que estoy arrepentida, que te hace pensar tal cosa-
Le dije ya molesta.
—Aparte de pu**, eres una descarada-
Quiso volver a empujarme pero esta vez me paré derecha.
—¡Rachel! ¡Qué demon*** haces aquí!-
Austin apareció quitándomela de encima.
—¡¿Cómo qué?! Aún lo preguntas— me miró y quiso picarme el hombro. —Es lógico que vengo a sacar a esta mujer de aquí. Austin no te das cuenta, ella te estaba engañando con Jean— me miró de pies a cabeza asqueada. —Cómo puedes estar tan calmado por todo esto, mis padres y más bien todos estamos sorprendidos-
—Rachel, tu misma lo dijiste yo soy otro, y dile a la familia que no hagan drama-
Rachel se zafó de su agarre sin despegar la vista de mí, presionó el botón y se metió molesta.
—Austin solo te estoy causando problemas— mi voz apenas y salió.
—No te preocupes, esto es mi vida, ella y mi familia tienen que aprender a que no debe meterse-
