Beatríz la salada.
María.
Naguarááááááá, al fiiiiin ponen a narrar a uno.
Todo era Beatríz y Luisa, las pajuas esas.
No se crean que siempre va a ser así, lo que pasa es que a veces a la escritora le pica el culo y pone a narrar más a unos que otros.
Ajá.
Habíamos llegado justo a tiempo a la cafetería. Yo voy a ver si le digo a Dominique que haga un casting para Rápido y Furioso, de pana que ese loco conduce lo que es pepón.
Entramos a la cafetería, ya Karla y yo sabíamos que puestos nos habían asignado. Yo de mesera porque tengo el don que a mí no se me cae nada, o sea marica, yo nunca en mi vida he roto un solo plato o vaso, preguntame quien llevaba toda la comida en las reuniones familiares.
Karla la pusieron de cajera, sí porque esa loca era un webo en matemáticas, de las cuatro siempre la de mejor promedio fue Luisa aún con su comportamiento, pero en matemáticas Karla nos violaba ese culo a toditas.
Nos pusimos los uniformes que consistían en un delantal verde pasto con una franela por dentro azul marino combinada con una gorra y al gusto de uno lo de abajo, claro, siempre y cuando sea decente, porque tampoco vas a ir con un putishort a trabajar, y menos aquí. Yo como soy práctica un pantalón y borralo.
Cómo a la hora la cafetería era un saperoco, gente por aquí y gente por allá, de pana que se había vuelto un bululú muy feo. Meseros pasaban de un lado a otro, yo por mi parte estaba que abría un hueco en el piso. Habían muchas mesas, y al fooondo habían más pero como más poquitas, Karla me había dicho que al parecer esa era la zona VIP, como pa la gente importante y tal, habían unos carajos ahí que ni pendiente perro caliente, lo conocerán en su casa. Pero tuve que entregar precisamente una orden para allá.
-Dos capuchinos, un té helado y un brownie -dije enumerando cada cosa y colocándola a su respectivo dueño.
-Gracias -me sonrió el pelirrojo.
Yo sólo asentí y me fui de ahí.
Ya para cuando me fui a dónde Karla ella tenía esta cara:
—¿Y a ti qué te pasó? —dije acercándome a ella.
Karla aprovecho que su compañera de caja estaba atendiendo, me tomó del brazo y me arrastró hacia el fondo que era la cocina de la cafetería.
—¿¡Cómo es qué no te desmayaste!?
Fruncí el ceño —¿Desmayarme? Vasié, ¿Por qué?
—¿Acaso no viste quiénes estaban en la mesa que le llevaste las órdenes?
Chama les juro que yo no me fijé.
—No, ¿Quiénes eran?
Karla asotó su mano contra su frente —Tú eres bruta con v pequeña, chica.
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Welcome to the Paradise (Shawn Mendes y otros)
Humor-Ajá, ¿Qué decimos? -Habló una de ellas, la más lanzada de las cuatro. -Coño marica no sé, yo de vaina medio exponía en las clases -dijo desorientada la morena, a María la apodaban la aguevoniada por algo. Beatríz, la chica rubia y de todas la may...