-Ajá, ¿Qué decimos? -Habló una de ellas, la más lanzada de las cuatro.
-Coño marica no sé, yo de vaina medio exponía en las clases -dijo desorientada la morena, a María la apodaban la aguevoniada por algo.
Beatríz, la chica rubia y de todas la may...
Por otra parte no muy lejana se encontraba Luisa rodeando los pasillos en su hora libre. No conocía a nadie prácticamente, y no es que fuera tímida sólo que no le apetecía estar saludando a todo el mundo. La universidad era muy grande, y para él que no la conoce se pierde fácil, Luisa miraba todas las aulas y las personas que entraban en ellas, hasta que una voz a sus espaldas llamó su atención.
-Epale tú -se le hizo extraño escuchar ese vocabulario, volteó, pero claro, era el mismo chico de la otra vez- que molleja, te estaba buscando -Cody se paró frente a ella y no pudo pasar desapercibido lo alto que era, haciendo ver a Luisa más pequeña.
-¿Buscándome a mí?
El pelinegro asintió -Yo tampoco soy aquí el popular no te creas, y me gusta hablar en mi idioma, y pues tú eres chévere, ¿No?
Luisa asintió sonriente, ese chico quería ser su amigo y a ella le encantaba la idea.
-Súper chévere -alardeó en broma.
Cody rió leve -Ya que no conoces nada, ¿Por qué no te muestro la universidad?
Otra idea que le parecía maravillosa a Luisa.
Recorriendo el largo pasillo del instituto, Cody señalaba cada salón y explicaba que carrera era y quiénes estaban allí.
-Y eso de allá es la biblioteca. Y si cruzas por allá están todas las aulas de Artes Plásticas y Fotografía. Aquí a la izquierda sólo está Leyes.
-Naguará mano, todo aquí es burde grande.
Luisa se sentía ya en confianza con Cody, y Cody se sentía en confianza con Luisa. Ya la formalidad entre ellos se había ido.
-Sí marica, el webo mío y vaina.
Luisa rió a el segundo, no se esperaba ese comentario y menos de la forma en que lo dijo. Le parecía encantador que Cody fuera tan mamador de gallo, porque ella lo era igual.
-Ayyy valeee, ¿Te gustan los tipos?
La respuesta de Cody fue precisa, y Luisa no se lo esperaba.
-De hecho sí.
Lo miró atónita -¿Qué?
-Tú mueres callada, sí no te mato y no te pongo cruz -amenazó con el dedo- pero sí, soy bisexual.
Eso no cabía en el cerebro de Luisa, su cabeza explotó al escuchar esa confesión.
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Para Luisa el chamo no tenía pinta.
-No me jodas, ¿En serio?
Cody la miró confundido -Si eres homofóbica te me vas yendo, fos.
