-Ajá, ¿Qué decimos? -Habló una de ellas, la más lanzada de las cuatro.
-Coño marica no sé, yo de vaina medio exponía en las clases -dijo desorientada la morena, a María la apodaban la aguevoniada por algo.
Beatríz, la chica rubia y de todas la may...
El sol se había apagado, y el día terminó. Las cuatro llegamos al departamento, menos mal porque estaba era mamada. Cada quien estaba en lo suyo. Por una parte, yo estaba en el gran sofá blanco de la sala hablando por videollamada con Shawn, quien se encontraba en Indianapolis. María en la silla colgante de al frente estaba leyendo un libro donde tenía que sacar un resumen para Literatura. De igual manera Karla también estaba con cosas de la universidad, pero con su computadora. Beatríz por su parte estaba en una silla del comedor, como ida, pensativa, sie carajo. De un momento a otro se levantó decidida y se posicionó en el medio de la sala para llamar nuestra atención, cosa que logró. Yo colgué, María cerró el libro y Karla dejó la laptop por un lado.
—Nos vamos a Venezuela.
Sí hubiéramos estado en una comedia de Cartoon Network nuestras bocas hubieran llegado al suelo. Todas quedamos perplejas, gráficamente parecidas a esto:
Yo por mi parte:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
De igual manera María:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y finalmente, la pelirroja no entendía nada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Demasiadas emociones en una sola sala, obviamente todas empezaron a preguntar.
La primera en preguntar fui yo como siempre —¿Cómo es la vaina?
