prefacio.

884 116 19
                                    


Changbin era conocido por ser el Hijo de las Estrellas más solitario de la nave, aunque la razón era desconocida, aunque los pasajeros comentaban que la razón era por un corazón roto, y la historia era tan triste que te dejaría igual de melancólico que aquel pálido.

El pequeño y delgado joven tenía el cabello plateado, y pequeñas estrellas se repartían en su peculiar cabellera, sus ojos eran pequeños y oscuros, como siempre estaba con la mirada baja pocos los habían visto, pero corría el rumor que tanta era su tristeza que ya no había estrellas en ellos, ningún punto brillante había quedado.

No hablaba, su característica era el silencio, no hacía ningún ruido ni al caminar, aunque pocas veces se lo veía rondando por la nave.

Su lugar era frente al ventanal de la última sala de aquella fortaleza espacial, era una sala abandonada por los demás y sólo para él, y sólo se sentaba allí a ver la tierra, en silencio, según dicen, cada tanto cambia su rostro sin emoción a uno con una pequeña sonrisa, o por el contrario, brillantes lágrimas comienzan a correr por sus blancas mejillas, todo ocasionado por los recuerdos que nunca ha compartido.

El muchacho daba curiosidad, pero nadie se le acercaba, muchas veces parecía un fantasma que todos ignoraban.

Y los nuevos en aquella nave, como era el caso de Chan, lo miraban con pena y no tardó en preguntar:

-¿Quién es ese?

Los brillantes ojos del rubio se voltearon hacia sus compañeros de mesa. Tzuyu, una muchachita de cabellos índigos, con pequeñas y brillantes estrellas repartidas en su rostro como si le hubieran arrojado purpurina, miró con algo de miedo al pálido, que se marchaba del comedor hacia su lugar.

-Se llama Changbin -dijo-. Aunque muchas veces le dicen "La estrella más triste del universo".

Chan frunció el ceño.

-Eso es algo cruel... -dijo-. ¿Por qué le dicen así?

Tzuyu se encogió de hombros.

- Según dicen... Tiene el corazón roto desde hace muchos años, y nunca se pudo arreglar, algo le pasó a su Estrella Binaria.

-¿Murió?

Tzuyu negó, frunciendo el ceño.

-Si hubiera muerto, él también -dice-. Una Estrella Binaria no puede subsistir sin su compañera... Pero quizás no esté tan lejos, lleva así décadas, dicen que si escuchas su historia terminarás como él, nadie se arriesga a eso.

Chan sintió romperse un poco por esa idea, le parecía estúpido y a la vez triste, y en parte le molestaba que nadie quisiera comprender a aquel muchacho.

-Se pasa todo el día en soledad en la última sala de la nave, viendo la tierra, se supone que su Estrella está allí.

-Igual que la mía... -murmuró el rubio, recordando a su lindo humano Hyunjin.

Miró hacia atrás y notó el característico cabello plateado con estrellas del pálido, dejó lo que quedaba del almuerzo y se levantó para seguirlo, preguntándose cómo era que él no hacía ruido al caminar.

Changbin escuchó sus pasos detrás de él, pero no le prestó atención, poco le importaba en realidad.

Chan permaneció alejado, las estrellas en sus ojos temblaban con algo de miedo por aquel extraño personaje, y lo miró en silencio sentarse en el suelo frente a la ventana, donde se veía claramente la tierra, y su corazón se apretó al notarla tan lejos.

Frunció sus labios y se acercó a él.

-Hola -saludó, Changbin no lo miró. Se acercó a él y se sentó a su lado-. Soy Bang Chan.

El de pelo plata bajó su vista al suelo.

-Raro que alguien me hable... -murmuró-. ¿Nuevo, no?

-S-sí -Chan estaba algo intimidado por el bajito.

-Solo he conocido a una persona que tenía apellido -dijo Changbin-. Era de la tierra, así que también debes venir de allí, ¿No?

Chan asintió, aunque dudó si él pálido lo pudo ver.

Changbin alzó sus ojos hacia él, eran oscuros y Chan tardó unos cuantos segundos en encontrar las pequeñas y débiles estrellas en aquellos dos pozos casi completamente negros.

-Pareces muy humano, aunque los ojos no se pueden quitar con nada -dijo-. Qué afortunado, puedes estar en la tierra y pasas desapercibido.

-¿Y usted por qué no?

Changbin llevó una mano a su cabello, moviendo algunos mechones de pelo plateado y haciendo que las estrellas de su cabello danzarán y brillaran un poco más.

-Llama mucho la atención -murmuró, y volvió su vista al suelo, y a los segundos a la Tierra de nuevo-. Me ha causado problemas.

-Changbin, me gustaría escuchar tu historia.

-¿Mi historia? -preguntó, a lo que Chan hizo un ruido afirmativo-. ¿Sabes que vas a quedar tan triste como yo, verdad?

-¿Eso es cierto?

Changbin se encogió de hombros.

-No lo sé, nadie la ha escuchado.

-Quiero ser el primero -Chan se acercó a él-. Por favor.

Changbin miró los brillantes ojos del rubio, tantas estrellas, tanto brillo y tanta vida que él ya no tenía, y se sintió mal por dentro si llegaba a apagar aunque sea una de aquellas estrellas.

Respiró profundo antes de comenzar, abrió su boca y dijo las primeras palabras de su amarga historia.

-Mi Estrella Binaria es un humano, se llama Lee Felix, y nos amamos con todo nuestro corazón desde el primer momento en que nos cruzamos... Aún así, nuestra historia no tuvo un final feliz.


[ 💫 ]


está historia es algo corta pero es puro arte, dEBÍA ADAPTARLA AL LIXBIN YES OR YES.

bitter star [changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora