bitter star [changlix]

2 | pequeña estrella encantadora.

-Veo que estás sangrando... -Changbin miró sobre los ojos de Felix, alzó su pálida mano hacia su frente, pero tuvo medio de tocar, así que se apartó, sus cejas estaban algo fruncidas, mordió su rosado labio inferior ligeramente-. Veo que te golpeó duro, lo siento.

Felix no tenía palabras para decir, seguía demasiado en shock por lo que estaba pasando, estaba confundido y algo embobado por el chico de pelo plateado frente a él.

-¿En verdad los humanos son tan callados? -preguntó Changbin-. Te curaré, aunque no quieras hablar- dijo, su su mano atrapó la mano del humano, entrelazó sus dedos sin dudar y como si fuera nada, dejando a Felix con la sensación de haber completado un rompecabezas cuando esas dos piezas encajaron perfectamente.

Felix en verdad no sabía que se imaginaba de una nave espacial extraterrestre, pero aquella no era muy similar a su imaginación. Las puertas eran manuales y corredizas, de un material metálico, pero que estaba pintado con trazos de colores, que combinan en tonos azules, verdes, y blancos, formaban espirales y manchas en una composición abstracta y hermosa.

Changbin lo llevó a una pequeña habitación, que parecía más que nada un armario, donde había una corta especie de camilla, y un par de cajones en la parte inferior, le hizo señas para que se sentara en esta mientras él buscaba algo entre los cajones, hasta dar con un frasco que contenía un polvo grisáceo.

-Esto es polvo estelar -le dijo-, es ilegal en la mayor parte del universo porque puede hacer demasiadas cosas... Puede curar heridas y enfermedades, es en verdad mágico.

-¿Vas a colocármelo?

Changbin sonrió por escucharlo hablar. Le gustaba el tono grave de su voz.

-¿No deberías limpiar la herida primero? -añadió.

Changbin ladeó su cabeza, sin comprender.

-¿Tienes agua por aquí?

-No mucha -negó, frunció sus labios y salió de esa pequeña habitación, volviendo con una botella de agua, un poco diferente a las de la Tierra-. Es difícil de conseguir, no la gastes.

-Es sólo un poco -Felix sacó de su bolsillo un pañuelo de tela, mojándolo un poco y pasándolo por la herida, haciendo una mueca de dolor al tocarla, con lo que el otro ahogó un grito y acercó sus manos a él para que dejara de hacerlo, pero Felix negó y se apartó, frotando un poco para finalmente apartar el pañuelo, manchado un poco de sangre-. Ya, no quiero usar demasiado.

Changbin asintió, tomó algo del polvo con sus dedos y lo aplicó con suavidad sobre la herida en su frente.

-¿Los humanos hacen eso cuando se lastiman? ¿Limpiar?

-Para eliminar las bacterias, sí. -respondió.

-Nunca lo había oído -comentó el bajito-. Pero sé que son muy bueno curando.

-Depende de qué hay que curar, pero creo que sí... -respondió, relajado-. No conozco el sistema de salud de otros planetas.

-El nuestro... Deja mucho que desear, para dentro de unos años estaremos en extinción -murmuró-. Las madres mueren en los partos, las fracturas son complicadas, y los niños son débiles y se enferman fácil, muy pocos logran curarse. Muchas veces la única solución es usar polvo estelar, pero ya sabes, es ilegal y hay que saber cómo conseguirlo... Pero es triste.

Felix asintió, él no podría comprender lo que sería ver morir a su raza, no podía imaginar cómo era el mundo de aquel precioso ser.

Changbin se apartó, limpiando sus dedos en su ropa blanca, le sonrío un poco y guardó el pote de dónde lo había sacado.

-Changbin...

El chiquillo hizo un ruidito para hacerle saber que le oía.

- ¿Tendrás algún lugar para dormir? En verdad estoy cansado, todo esto me hace doler la cabeza y quisiera dormir un poco.

-Oh, si, claro, ven -volvió a tomar su mano, encajando sus dedos entre los del humano, y caminó de nuevo por la nave. Pasaron más puertas, cada una estaba pintada con un patrón distinto y se veía tan personal que a Felix le daba una extraña sensación mirarlo.

Llegaron a lo que parecía la última habitación, un gran ventanal daba al exterior, dejando una vista espectacular de las estrellas y los planetas lejanos; y estos se reflejaron en los ojos del humano y por un segundo parecieron iguales a los de Changbin. En el suelo, un fino colchón, cubierto en un grueso acolchado y un par de almohadas desordenadas, todo de color blanco, camuflándose con el suelo del mismo color. Parecía una habitación digna de un cuarto secreto, algo así como un portal a un mundo de paz distinto y lejano a la realidad.

El de pelo platinado sonrió.

-Te parece bonito, ¿no? -Felix asintió-. Se nota, brillas más.

-¿Cómo que brillo? -Felix hizo una mueca, confuso-. ¿Es una de tus tantas cosas raras de alienígena, verdad?

Changbin se encogió de hombros.

-Algo así... No somos distintos, Felix, mis "cosas raras de alienígena" son las mismas cosas de la Tierra pero con otro nombre.

Felix asintió.

-Tenemos un dicho para eso: "La rosa va a seguir oliendo a rosa por mas que se le llame con otro nombre"

-Tenemos uno también, aunque diferente: "El sol es una estrella con un apodo" -Changbin hizo una mueca-. En verdad no sé si traducido suena tan lindo.

Felix rió por lo bajo, y lo miró encantado. El pálido era en serio hermoso, con una pequeña sonrisa, las estrellas titulando en sus ojos, sus mejillas algo rojas y mirándolo con esa expresión extraña, como si todo el universo estuviera frente a sus menguantes ojitos.

-¿Sabes? Eres como una pequeña estrella encantadora -comentó Felix-. En serio eres muy amable y tierno, gracias por eso.

El rubor subió mucho más a las mejillas de Changbin de forma inevitable, y no supo que decir o que hacer a demás de sonreír como un tonto. Avanzó a la cama, tirando de la mano del humano, y ambos se echaron sobre el colchón, tapados y cómodos en las almohadas, mirando al universo del otro lado del vidrio.

Felix sintió su corazón acelerar demasiado cuando el lindo alien de pelo plateado y hermosas estrellas se acurrucó junto a él, aplastando su mejilla en el hombro del humano, y abrazando un poco su brazo, con una sonrisa.

-Siempre quise saber cómo se siente dormir abrazando a alguien -murmuró Changbin.

Felix sonrió enternecido.

-Puedes abrazarme, no incomoda.

-Se siente lindo -murmuró Changbin, su tono sonó casi como una risa.

-Sí, es verdad -coincidió el rubio.

❝Abrazados debajo de las estrellas me sentí cálido como nunca en mi vida. Abrazaba a lo que se convirtió en el sol de mi vida en tan poco tiempo, y estaba feliz de haber encontrado a mi estrella binaria, incluso a pesar que Felix no lo sabía, que no sabía que me correspondería aún.
En ese momento disfruté de aquel cálido presente, sin siquiera pensar en la gran explosión que nos terminaría separando.❞

-

No tengo chiste hoy, loLament0.
Pero voten o son fans de Badabun.😈