3 | abrazar a una estrella.

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Felix podría decir que abrazar al peliplateado era cálido, el bajito era como una pequeña estufa, tibio y cómodo.

Pudo admirar las estrella de sus cabellos más de cerca, y hasta quiso tomar una, pero solo logró dos cosas distintas: La primera, darse cuenta que eran parte de su cabello y que no podían desprenderse; y la segunda, despertar al pálido por el tirón en sus cabellos.

-Auch... -se quejó, con una mueca y la naricita arrugada de forma adorable-. ¿Qué haces? -sus cansados ojitos lo miraron, dejándolo observar los infinitos brillos en estos bailar.

Simplemente hermoso.

-Yo... quería una de esas estrellas -murmuró Felix, avergonzado. Changbin sonrió, soltando una risita.

-Son mía, lo siento -dijo, negando e inflando sus mejillas un poco.

Todo tan adorable. Cada pensamiento del humano era básicamente esa palabra.

Adorable, adorable, adorable.

-Son como... ¿Parte de ti?

Changbin asintió.

-Sin mí, mueren -dijo el peliplateado. Buscó entre su cabello hasta encontrar un cabello suelto-. ¿Ves? Este ya no tiene estrellas -Felix lo miró con atención, era de un gris apagado y no había ni un puntito de luz en este, ya no era ese brillante plateado que era natural de la cabellera del otro-. Les decimos estrellas, aunque no lo son en verdad, es parte de nuestra pigmentación, por una concentración de polvo estelar en algún punto concreto... Los humanos, como tú, tienen pecas, lunares, es lo mismo que esto ... Si, tú sí tienes -acarició con sus pulgares las mejillas del rubio-. Pecas, si fueras como yo serían pequeñas estrellas.

-¿Y tus ojos?

-Lo mismo, pero las estrellas de mis ojos dependen de mis emociones, las demás no tanto -Changbin de encogió de hombros-. Papá decía que nosotros somos como universos y las estrellas son pequeñas galaxias.

Felix sonrió con calidez y Changbin le siguió.

-Después comenzaba toda su charla de que había que cuidarnos, comer bien y hacer ejercicio... Casi siempre seguido dejaba entrar la luz a mi cuarto y me destapaba.

Una risita enternecida salió de los labios de Felix.

-Parece que los padre son iguales en todo el universo.

-¿Y los raros del espacio también son iguales en todo el universo?

-¿Raros del espacio? Tú eres una cosa rara del espacio para mí -Felix rió y Changbin se ruborizó con una pequeña sonrisa.

-Bueno, los humanos normales se quedan en la tierra, y los raros del espacio se salen de la atmosfera ¿no?

-Pues sí -Felix asintió-. Y supongo que los tuyos hacen lo mismo y tú eres un raro del espacio, ¿no, Binnie?

El bajito se ruborizó más ante el apodo.

-Pues... Hace mucho que no tenemos un planeta, pero sí, algo así -asintió-. Tenemos una nave, gigante, la mía es diminuta. ¿Esa nave en la que estabas también es tuya?

-No, en realidad... Es de la agencia espacial de mi país.

-¿Puedes hablarme de los humanos? Digo... Eres humano y eso, así que, ¿me hablas de los tuyos?

-Solo si tú me hablas de los tuyos. -condicionó Felix.

-No somos tan interesantes -respondió Changbin, desinteresado.

-Eres interesante para mí, mucho -dijo Felix, y Changbin solo lo miró, con sus ojos repletos de brillantes estrellas y las mejillas ruborizadas. Y de algún modo, sus palabras tomaron un sentido diferente al que había pensado en un momento-. Eres como un ser mágico para mí, Changbin, como un hada... Pero del espacio.

-¿Un hada? -Changbin formó un puchero en sus labios-. ¿Qué es un hada?

Felix rió para si. Claro que él no sabía de esas cosas, los extraterrestres no podían saber todo de los humanos.

-Yo soy un hada -bromeó Felix-. ¿Tienes algo para desayunar?

Eso a lo que ellos llamaron mañana, aunque no había un sentido del tiempo en verdad, mientras el humano descubría los gustos que le parecían insípidos de la comida que aquel brillante ser tenía en su nave, hablaron de las cosas que sorprendieron al otro para la normalidad del contrario.

Changbin contó que era hijo del líder de la nave, y se ruborizó cuando Felix dijo que entonces era un príncipe, no hubo una razón en verdad, quizás esa palabra era muy bonita.

Le contó de sus hermanos, cada uno hijo de distinta madre y de que su padre nunca pudo encontrar a su alma gemela. Le contó de los suyos, de los ojos de estrellas y que entre su gente era relativamente normal tener el pelo plateado como él, aunque seguía siendo bastante raro. Felix lo comparó con los pelirrojos en la tierra, con el cabello del color de Marte, y Changbin dijo que debía ser lindo tener el cabello color de un planeta.

-Lo dice él que parece una estrella andante -había dicho Felix.

-Hay muchas estrellas -respondió Changbin, calmado.

-Dudo que haya una como tú -dijo el humano, encogiéndose de hombros.

No conocía otro ser como él en realidad, pero sí que ese chico era diferente.

Ambos tenían cosas en común, a pesar de toda la distancia espacial.

Ambos eran unos frikis del espacio, y en su niñez pocas veces habían preferido hacer cosas "normales" antes que dejar a un lado sus cosas de física o del espacio y sus libros de cosas nerds.

Les tomó rato descubrir que estaban hablando de las mismas cosas y que los términos eran distintos, pero claro que quien más avanzada tecnología y ciencia espacial tenía era la estrella. Felix quedó sin palabras y sin entender la mayoría de lo que el peliplateado comenzó a contar.

Pero lo escuchó en silencio por el placer de escuchar su voz, y sonreía cuando Changbin comenzó a hacer movimientos con sus manos para explicarse, notando donde la emoción en su voz y en sus gestos. Eso a Felix le seguía pareciendo adorable.


❝ En esa charla, nuestros mundos parecían distintos, pero iguales de cierta forma. En algunos aspectos eran idénticos, aunque supongo que es algo normal decir sólo las cosas buenas, o a veces lo neutral de todo, omitiendo lo malo.

Es curioso que los humanos llamen tener "humanidad" cuando sienten eso de hacer algo bueno, hacer algún bien, y estaría genial que fuera así pero la realidad es que los humanos no tienen humanidad. Y Felix no me había aclarado eso cuando fuimos a la tierra❞



Binnie es una estrellita, lloro.😭✨

bitter star [changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora