Como la editorial había alcanzado el puesto número uno a nivel nacional, la popularidad de Jughead había crecido, haciéndose el escritor más famoso, joven y millonario del estado.
Iban caminando de tienda en tienda en uno de los centros comerciales más concurridos y elegantes de la ciudad, cuando algunos reporteros se les acercaron
X: Señor Jones ¿podemos hacerle algunas preguntas?
El ojiazul suspiró y asintió.
X: ¿Tiene nuevos proyectos en mente?
J: Los tengo -asintió.
X: ¿puede dar detalles?
J: Lo siento, pero no quiero y no puedo hacerlo.
X: Señorita ¿usted es su novia? ¿esa niña es su hija? –preguntó otro reportero.
Ambas rubias miraron a Jughead, quien se había quedado dudando en qué responder.
J: Así es, ella es mi novia y ella mi hija. Ahora si nos disculpan, debemos seguir con algunas cosas.
Les dio una leve sonrisa y tomó la mano de Betty para seguir caminando. Llegaron de nuevo a su lujoso auto y subieron para ir hasta la casa de los Jones, ya que Gladys había preparado el platillo favorito de Jughead y los había invitado a comer.
Luego de unos minutos, estaban hablando tranquilamente cuando Jughead sintió que tiraron dos veces de su manga, volteó y vio a su hija parada a su lado.
I: Papi, men —le susurró y él se levantó algo confundido.
J: Ahora regreso —avisó y siguió a la niña hasta la sala—. Qué pasa, pequeño saltamontes.
I: Ahoda que tú eles mi papi ¿tus papás son mis abelos?
J: No necesariamente, pero ¿tu quieres que lo sean? —preguntó interesado.
Ella asintió algo tímida.
I: Mis compañelos siempe haban de sus abelos, y yo nunca veo a los míos. Podeso quielo que tus papás sean mis abelos.
J: ¿Lo dices en serio? —ella volvió a asentir—. Entonces lo serán, ellos estarán encantados —sonrió—. ¿Quieres que les digamos ahora?
I: Sipi.
J: Vayamos, pero antes ¿me das un abrazo?
Ella soltó una risita y lo abrazó fuertemente. Él la levantó y caminó a la cocina.
J: Mi hija tiene algo que decirles.
Fp: ¿Hija?—dijo algo sorprendido, mirandolos.
Los tres asintieron sonrientes.
I: Ahola que Juggy es mi papi ¿Quielen sel mis abelos?
Todos se miraron boquiabiertos, y ella se puso nerviosa.
Gl: Linda, pero por supuesto que si —dijo encantada.
Fp: Sería un honor para nosotros, pero no sé si incomode a Betty.
B: Por mi no se preocupen —negó sonriendo—. Estoy de acuerdo con que Isabella tenga el amor de alguien a quien les diga abuelos. Nunca ve a mis padres.
Gl: Entonces ven acá, mi hermosa nieta —sonrió y la abrazó.
JB: Ay! -chilló conmocionada—. Yo necesito una Fotografía de esto. Pónganse todos juntos.
Sacó su celular y tomó una fotografía.
Fp: Me la pasas, necesitaré enmarcarla y colgarla en la entrada.
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B: ¿Seguro que no vienes, cariño? —le preguntó a Jughead.
Betty e Isabella irían al centro comercial a comprar las cosas que ocuparía la pequeña para comenzar el preescolar.
(Para aclarar, Isabella iba a la guardería, o no se cómo les llaman en sus países cuando cuidan a los niños antes del preescolar/kinder)
J: Vayan ustedes. Necesito terminar esto y, creo que ustedes deben pasar más tiempo juntas —se encogió de hombros.
B: Está bien —sonrió y se acercó a él para besarlo—. Isa, ya nos vamos —le avisó a la niña.
Ella llegó corriendo hasta su padre y lo abrazó. El pelinegro besó su mejilla correspondiendo su abrazo.
I: Adiós papi.
J: Adiós, mis amores. Cuídense, las amo.
B: Nosotras a ti —dejó un beso en su mejilla.
Tomó la mano de la rubia menor y salió con ella hasta el auto de Jughead. Minutos después ambas entraban a la gran plaza.
Pasearon por tiendas y tiendas, durante horas, disfrutando su tiempo a solas. Su última parada fue la heladería, a petición de Isabella.
I: Yo quelo uno de fesa. ¿Y polemos lleval uno pada papi?
B: Claro —sonrió.
Luego de comprar los helados, salieron y caminaron de regreso al estacionamiento. Betty se sentía observada, haciendo que volteara repetidas veces observando si había alguien, pero no pudo ver nada.
Al llegar al edificio, llegaron a la casa de los padres de Jughead.
B: Ya llegamos —les dijo entrando.
J: ¿como les fue?
I: Bien, compamos muchas cosas. Y te tlajimos un helado.
J: Ou muchas gracias, pequeña —besó su mejilla.
JB: Betty ¿qué se siente ser trending topic en internet? —dijo divertida, llegando a la sala.
B: ¿De qué hablas?
JB: Tu e Isabella están por todo internet con el encabezado de “Las chicas de Jones”
J: Me alegra que tengan claro que son mis chicas —comentó comiendo de su helado.
B: Será por eso que me sentía observada —murmuró mirando las fotos.
Gl: La cena está lista—avisó y todos fueron hasta la cocina.
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𝑳𝒍𝒆𝒈𝒂𝒔𝒕𝒆 𝑻𝒖́
Ficção AdolescenteDos chicos con diferentes vidas, pero algo en común. Ambos sufrieron una pérdida que los hizo cambiar para bien o para mal. ¿Qué sucede cuando se cruzan sus caminos? ¿sus vidas mejoran? o ¿empeoran? Historia Bughead