Capítulo 6: Un secreto bien guardado

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Tras haberme adentrado en aquel extraño lugar, me topé con un titán. Parecía que lo tenían capturado por algún motivo, imagino que por estudio o análisis. Estaba allí pasmada, inmóvil. Y no fue hasta que volví en mí que me percaté de mi situación. Tenía tres posibilidades: volver por donde había venido y que los tipos me matasen, quedarme allí y que el titán me matase o dejarme atrapar por la policía y que mi padre me matase. De todas aquellas, la última era la más apetecible.

— ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué ocurre?!

El monstruo estaba atrapado entre clavos y cadenas que sostenían su cuello. Me alejo de espaldas, tropezando con una piedra y cayendo al instante. Aquel ser mantenía su mirada fija en mí.

— ¡Niña! ¡Quítate de ahí! — escucho antes de apartarme rápidamente. A mis espaldas había otro titán apresado en otra postura.

— ¿Q-Qué es todo esto? — mis ojos se cristalizan y empiezo a ver borroso.

— Ayuda — una voz extraña, con un tono que nunca había escuchado llama mi atención.

¿Qué?

— Ayuda — giro mi cabeza temblando, y no puedo creer de donde provenían aquellas palabras.

¡¿Me está hablando un titán?!

— No es real. Esto no es real — dos soldados me toman por los brazos y me llevan junto a quien parecía estar a cargo.

— Hange, esta mocosa se ha colado de alguna forma. Está diciendo cosas raras.

— El titán ha hablado — susurro — No puede ser... No...

— ¿Ah? ¿Qué has dicho? — la mujer se acercó a mi rostro reajustando sus lentes.

Estaba tan distraída por el shock que no me había percatado de que se trataba de aquella mujer, la que lideraba a cientos de soldados.

— Eres tú... — alzo ambas cejas.

— ¿Me conoces pequeña? — hizo un gesto a sus compañeros para que me soltaran.

— S-Si, te veía por la ventana de mi casa, cuando volvíais de vuestras misiones... Estoy preparándome para alistarme y poder entrar al equipo de exploración.

— Me alegro, es muy importante conocer caras nuevas — sonrió — Y bien, ¿qué haces tú por aquí?

— Estaba huyendo de dos tipos pertenecientes a un grupo de matones con los que me crucé hace un rato. Intentaron atacarme, y... su jefe murió de alguna forma... Por algún motivo se quitó la vida, y ahora me quieren matar ellos a mí — hice una mueca intentando contener el llanto.

— Buscadlos, no pueden haber ido muy lejos. Ordenó los dos muchachos que permanecían tras de mí.

— No quería molestar, no diré nada. Supongo que será una misión de alto secreto...

— Más o menos. Pero bueno, cuéntame, qué era eso que estabas diciendo hace un rato.

— Ah, eh... No es nada, serían imaginaciones mías — la castaña analiza mi rostro con paciencia y vuelve a intentar hacerme hablar.

— No te preocupes, dímelo. No te voy a juzgar.

— Bueno... Uno de los titanes... Me ha... — me aclaro la voz — Me ha hablado.

Sus ojos comienzan a brillar y salta emocionada. Me toma de las manos y me abraza.

— ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! — gritó — ¡Mi teoría era cierta! — se detiene repentinamente — ¿Y qué te ha dicho?

— "Ayuda".

— ¿Cómo que "ayuda"? — me mira confundida.

— Me ha pedido ayuda — trago pesado mirando cabizbaja.

— Ven, acércate, quiero verlo con mis propios ojos — tiró de mi brazo.

La adulta me llevó cerca de la criatura, tomándose la precaución de una distancia determinada para evitar cualquier peligro.

— Bien, ¿cómo hago que hable? — me preguntó.

— N-No lo sé.

— Ayuda — volví a escuchar.

— L-Lo ha vuelto a hacer — señalé al titán con mi dedo índice tembloroso.

— ¿Qué? Yo no he oído nada — alzó una ceja — Tan solo ha gruñido.

— ¡L-Lo juro! ¡No miento!

— No estarás jugando conmigo, ¿verdad?

— ¡No! ¿Por qué iba a hacerlo? — la miré a los ojos.

Volví a dirigir mi atención a la criatura, que nos observaba con una expresión grotesca.

— Marley — abrí los ojos de manera desorbitada.

— ¿Marley? — murmuré en voz alta — ¿Qué es Marley?

El sonido del trote de unos caballos interrumpió el "experimento". Hange me ocultó tras de sí y me pidió que no dijera nada de lo ocurrido.

— ¿Quién es esa? — preguntó un hombre de cabello negro y ojos claros. Me resultaba similar.

— Un par de borrachos la perseguían. No podía dejarla sola.

— ¿Y la mejor opción era traerla aquí? — se bajó del animal con el ceño fruncido — Se supone que nadie debe saber lo que estás haciendo aquí, ese era el trato para que te dejarán llevar a cabo tus locuras.

— Es la hija del comandante Pixis. Si le hubiera pasado algo...

— Llévatela. Ahora.

— Que aguafiestas eres, Levi. Bueno niña, ya lo has oído.

— S-Si.

— Te llevaré personalmente para asegurarme de que no se te vuelven a acercar.

La mujer me ayudó a subir a su caballo y este comenzó a galopar a toda velocidad. Miré hacia atrás. El sol comenzaba a ponerse y todo se veía más oscuro.

— ¿Qué hacías tú sola tan lejos de casa? — preguntó curiosa.

— Me escapé.

— ¿Y eso?

— Mis padres me tienen encerrada en casa desde que... Asesinaron a mi hermana pequeña.

— Eso es terrible...

— Lo es — aseguré aguantando el llanto — Mi deseo siempre ha sido formar parte del equipo de exploración. Quiero salir de los muros, investigar y aprender. Sé que hay algo más allá. El mundo no puede estar limitado a... Estas paredes — me aclaré la voz — Obviamente me siento agradecida por tenerlos, porque nos protegen... Pero también son los que nos reprimen.

— Algún día saldrás. Lo prometo.

— Gracias, Hange...

Minutos después la mayor se detuvo frente a la entrada de mi casa. Mi madre salió disparada por la puerta cuando escuchó el sonido de las coces del animal.

— ¡Helena! ¡Me tenías muy preocupada! — se abalanzó sobre mí — Gracias por traerla — la miró conmocionada.

— No hay de qué — contestó con firmeza — Pero recuerda Marie, no porque la jaula sea grande significa que el pájaro pierda sus ganas de volar.

Miró a la mujer atónita.

— Helena, espero verte pronto formando parte de mi escuadrón. Necesitamos valientes como tú.

— ¡Me esforzaré mucho para que así sea!

Alas de libertad [Levi Ackerman x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora