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— Oye, Marcus. — Blair llamó al castaño.
Los dos estaban acostados en la cama de la humana, mirando al techo mientras que los reyes comían.
— ¿Qué pasa, regina? — preguntó él, enfocando sus ojos en ella.
Blair apartó la mirada del techo para enfocarla en los ojos rojo de su rey.
— Me he acostado con tus hermanos pero no contigo. — comentó tranquilamente, como si estuviera hablando del clima.
— Soy consciente de ello.
Blair dio la vuelta sobre la cama, quedando boca a bajo, y se apoyó en el pecho del vampiro.
— Espero que tú seas más normal, ya tengo bastante con dos fetichistas.
— Yo soy más normalito, regina, no me van las nalgadas ni beber sangre.
— Alto. — la castaña abrió los ojos con sorpresa — ¿A Caius le van las nalgadas?
— Oh, sí. — Marcus rió levemente — Y lleva unos cuantos días queriéndote dar unas cuantas.
— Mierda. — murmuró por lo bajo ella.
— Yo de tí correría.
— No podría llegar muy lejos. — comentó la reina.
— Cuando seas vampiro, sí.
— Pero cuando sea vampiro no tendré que correr, no dolerá.
— Créeme, sí dolerá porque Caius seguirá teniendo más fuerza que tú. — rió — Además, nunca tendrás que correr de nosotros.
— Bueno, cuando me secuestrastéis sí se me ocurrió la idea de correr.
— ¿Vas a estar siempre con eso? — se quejó el mayor.
Blair acercó los labios de ambos, casi juntándolos.
— Por el resto de la eternidad. — susurró sobre sus labios la menor antes de juntar ambas bocas en un beso lento y seductor.
Sus lenguas jugaban entre ellas, parecía una perfecta y caliente danza en el que dos amantes se reencontraban después de mucho tiempo.
En poco tiempo, Marcus acabó encima de Blair y, sin siquiera dejar de besarse, el vampiro le quitó el vestido a su reina con una tortuosa lentitud.
— Eres tan preciosa... — Marcus susurró en su oído, con la voz tan ronca que mandaba estragos directos a su centro.
El rey empezó a dejar besos por todo el cuerpo de su compañera. Empezó por el cuello, haciendo que a Blair le diera un escalofrío ante el recuerdo de la mordida de Aro, y después fue bajando por todo su abdomen.
Marcus dejó pequeñas mordidas, sin llegar a rasguñar la piel de su mujer y desabrochó su sujetador con manos expertas.
— ¿Me puedo unir?
Blair casi saltó. Levantó la cabeza y se asomó desde detrás del hombro de Marcus encontrándose a Caius con una sonrisa divertida.
— Era broma, era broma. — rió el rubio, alzando las manos — Os dejo.
Y sin más, salió de la habitación cerrando la puerta. Los dos castaños se miraron a los ojos durante unos segundos antes de reír levemente.
Marcus siguió bajando y, con sus dientes, bajó las bragas de Blair con total lentitud y encargándose de rozar sus labios en la piel de la joven.
En menos de lo que Blair esperó, la habilidosa lengua del vampiro golpeó en su clítoris.
— Joder... — murmuró ella por lo bajo cuando el vampiro metió dos dedos en su interior.
Justo antes de que la castaña llegara al orgasmo, Marcus se detuvo. Sacó los dedos de su interior y antes de que su reina se pudiera quejar la besó con pasión y fuerza. Bliar nunca imaginó que sentir sus jugos en la boca de su hombre fuera tan... exitante.
Marcus se separó de ella, dejándola respirar y se adentró en su interior de una sola estocada.
Estuvo jugando con ella, llevándola al límite para después detenerse una y otra vez, hasta que finalmente la permitió llegar al orgasmo alcanzando el mayor placer que había sentido nunca.
— Menos mal que tu eras el normalillo. — rió, casi sin aliento, la humana.
Marcus soltó una pequeña risa antes de atraer a su reina hacia su pecho y abrazarla, velando de su sueño, durante toda la noche.
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Ya sé que he estado mucho sin actualizar, ¿mi escusa? No la tengo, simplemente estoy en modo verano JAJAJAJAJAKA
Pero como me amaís, no vais a matarme.
Psdt: he empezado una historia en mi otra cuenta, clooownnn, es un poco fuerte (+21) pero todas sabemos que os encanta. Agradecería si os pasárais a votar al menos para que Wattpad la recomiende.
