xli. Necklace

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Capítulo 41

Collar
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—Parezco la niña de El Aro

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—Parezco la niña de El Aro. —jadeó Blair viéndose al espejo.

Estaba manchada de sangre de arriba abajo. Su barbilla chorreaba y su vestido ceñido se veía más marrón (a causa de la sangre y el color oscuro del vestido) que negro.

Caius soltó una carcajada mientras la abrazaba por la espalda. Marcus y Aro, quie también se encontraba en la habitación, simplemente miraban la escena con sonrisillas.

—Exageras, regina, estás preciosa.

La neófita le sonrió a través del espejo y se dio media vuelta para quedar frente a frente con el rubio.

—Voy a ducharme y después a ver a mi hijo. —sonrió por lo bajo al decir el posesivo— Por cierto, hay que ponerle un nombre. Pero de segundo nombre se va a llamar Charlie.

—Máximus.—contestó Caius, quién ya había pensado el nombre con sus hermanos y solo estaban esperando para comentárselo a su mujer y que les diera el visto bueno.

—Que prepotente.—sonrió ella—Me encanta.

—Máximus Charlie Vulturi.—Aro sonrió orgulloso.

—Ahora sí, voy a darme una ducha.

Se escapó de los brazos de Caius y se encaminó al baño de forma relajada.

—Te acompaño.—murmuró el rubio.

—¡Ni se te ocurra!—ordenó ella, sin girarse a mirarlo.

Sorprendentemente, le hizo caso.

Después de una ducha que la hizo sentir mucho mejor, se vistió con un cómodo pero bonito vestido negro y se acercó de nuevo a sus hombres, que estaban en el sofá de la sala común.

Amore, tenemos un regalo para ti.

—¿Ah, sí? —cuestionó ella, confundida.

Marcus se levantó del sofá y caminó hasta la estantería para coger una cajita y entregársela.

Blair, con una sonrisa involuntaria, abrió la pequeña caja encontrándose con un lindo collar de plata en forma de V.

—¿Es el collar de los Vulturis?—cuestionó, esa joya la había visto en todos los de la guardia y, por supuesto, en sus hombres. Una vez, cuando se despertó a mitad de la noche, Aro le explicó la historia de este.

—Así es, mia regina, hemos tardado mucho en dártelo pero ahí lo tienes.—Marcus dejó un pequeño y tierno beso en sus labios y Blair, emocionada, se lanzó a abrazarlo.

—¿Lo de estar tan sentimental es por convertirme en vampiro o porque son efectos de la menopausia?

Los reyes se carcajearon pero Marcus fue el que le respondió:

—Lo primero, regina, lo primero.

Aro se acercó a su mujer para poder ponerle el collar y, aprovechar así, para rozarle el cuello levemente y descubrir sus pensamientos y sentimientos al respecto de su nueva vida.

Blair estaba bien, alegre, pero un tanto asustada e insegura por lo qué pasaría de ahora en adelante.

—Todo irá bien.—le susurró Aro antes de dejar un beso en su nuca.

Blair le sonrió y fue, junto a los reyes, a la habitación que le habían dado al bebé.

The Kings • Aro, Caius y Marcus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora