Planes en subasta

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Sakura movía cosas en su tablet mientras escuchaba ruidos en la cocina, la publicidad que la corporación Li contrató incluía eventos con posibles inversionistas.

Se preguntó si verían como buena inversión un evento de caridad, desde hacía tiempo que tenía ganas de hacer algo de ese tipo pero no se había presentado la oportunidad.

—Es increíble la poca comida que tienes —dijo Lien poniendo dos platos con pollo Teriyaki en la mesa ratona.

Ella no desvió su atención de la tablet, ni siquiera cuando se sentó en el suelo y prendió la pantalla e ingresó su cuenta de Netflix.

—No se supone que tenga visitas, obviamente la comida es solo para uno —alegó de manera irónica.

Escuchó a su ex bufar.

—Y yo creyendo que ibas a arreglártelas para tener diario a Eriol aquí —musitó.

Sakura suspiró con enojo y bajó la tablet, tenía ganas de arrancarle un cabello, sabía lo mucho que odiaba eso.

—Aunque te cueste aceptarlo, no vine a Tomoeda por él, me contrataron para una compañía grande.

Él recargó la cabeza en el sillón mirándola.

—¿Ah, sí? ¿Cuál?

La chica retomó su tablet.

—No es asunto tuyo. —Lien chistó y regresó su atención a la pantalla—. A todo esto, ¿por qué no estás en casa de tus padres? —preguntó anotando otra idea.

Él se movió con incomodidad.

—Mamá está embarazada —susurró.

Sakura bajó la tablet y lo vio.

—¿En serio?

Su ex estaba sonrojado, suspiró y cerró los ojos para después sacudir la cabeza.

—No digas nada, ya tengo bastante con recordar la cantidad de veces que desviaron mis llamadas.

Ella trató de ahogar la risa pero fracasó, terminó soltando una estrepitosa carcajada mientras que él abrió un ojo para verla irritado.

Puso una mano en su boca y con la otra trató de hacer un ademán de disculpa.

—Perdón, es que es tan... —No pudo continuar con la risa asomándose a cada sílaba.

—Sí, lo sé, no lo digas —masculló, molesto.

Sakura siguió riendo, su cuerpo se estremecía mientras él miraba hacia el techo.

—Dios, le vas a llevar veinti...

Lien entrecerró los ojos.

—Sé contar, gracias —la interrumpió con enojo.

La risa comenzó a disminuir, Sakura suspiró con una enorme sonrisa hasta que de pronto frunció el ceño.

—Diablos, me acabo de dar cuenta que tus padres tiene más vida sexu...

—Dios, Sakura, ¡tenías que decirlo! —exclamó Lien al poner ambas manos en sus orejas y sacudir la cabeza—. Oh, Dios, las imágenes —murmuró estremeciéndose visiblemente.

La chica de ojos verdes mordió su labio inferior, ya no era tan gracioso si era honesta, pero su ex era un dramático de lo peor y eso le causaba más diversión.

—No te vas a quedar aquí —anunció entendiendo por fin el plan de su ex, él giró la cabeza y la vio con cara de perrito triste, lo que la llevó a hacer girar sus ojos—. Eso no funciona conmigo, quédate con Mei.

Si de ti se trata...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora