Sakura se encontró pasmada en la puerta de la oficina; no por el lujoso sillón de piel negro en medio del lugar, ni por el minibar en la esquina derecha, mucho menos por la iMac sobre el hermoso escritorio de caoba frente a ella.
Era por la maravillosa vista que tenía el adicto al trabajo.
Podía admirar la ciudad en todo su esplendor. Y si así se veía de día, no podía imaginar lo maravilloso que sería apreciar su hogar por la noche.
Caminó sin mirar a Syaoran hasta el enorme ventanal detrás de su escritorio, realmente tenía una vista hipnótica.
—Pasa, ya sabes, estás en tu casa —murmuró él con sarcasmo.
—¿Cómo puedes tener ésta vista y no perderte en ella? —preguntó un hilo de voz lleno de indignación.
Él la vio extrañado mientras observaba de reojo la ventana, en realidad no le ponía atención a eso porque siempre estaba con la mente perdida en su trabajo.
Miró el montón de contratos que tenía que estudiar y aprobar sintiendo cansancio, dejó su café en la mesa y se sentó.
—Tengo cosas que hacer, ¿podemos concentrarnos? —cuestionó irritado.
Sakura frunció el ceño mientras volteaba, lo vio agarrar un folder y comenzar a leer.
—Es increíble que trabajes en sábado, deberías estar con tu novia —acusó caminando hacia el sillón.
—Debería estar solo en mi oficina —refutó él con enojo mientras subrayaba una línea del contrato que leía.
Sakura casi se dejó caer en el sillón, estaba exageradamente cómodo. Se recargó y suspiró con contentamiento, no sabía que podían existir asientos tan agradables. Cerró los ojos por unos segundos olvidando el café en su mano.
Syaoran la observó con una ceja arqueada, esperaba que no se fuera a quedar dormida, de hecho, ansiaba que pudieran terminar con ese asunto para no tener que pasar tiempo de más en su presencia.
—No te duermas —exclamó irritado.
—No lo estoy haciendo —alegó ella sin abrir los ojos—. De todos modos ni me estás prestando atención, tus papeles son más interesantes que cualquier plan para pedir la mano de tu novia y...
—¿Siempre has hablado tanto? —la interrumpió poniendo una mano en su sien sintiendo una jaqueca asomarse.
Sakura frunció el ceño sin abrir los ojos.
—¿Estás amargado o sólo en tus días?
El castaño cerró el folder frente a él con fuerza, casi azotó su mano con la acción pero la mujer no se inmutó en lo más mínimo... Eso lo irritó aún más, creyó que con el pasar de los años la castaña se habría hecho menos feroz.
—Mira, Ying Fa, si no vas a decirme tu dichoso plan, tendrás que dejarme solo para trabajar.
Ella abrió los ojos y lo miró furiosa ante el uso del nombre, eso le dio un sentimiento de triunfo a Syaoran así que le dedicó una sonrisa irónica.
—No soy...
—Sí, sabes que no me importa lo mucho que te desagrada el apodo —ironizó sin borrar el gesto de su rostro.
Sakura se enderezó y empuñó las manos, estuvo a punto de darle su opinión llena de veneno pero su celular lo salvó.
—Ya verás hijo de toda tu... —espetó en voz baja mientras agarraba el aparato y se lo ponía al oído.
El castaño cruzó los brazos, divertido, y se recargó en el respaldo de su silla manteniendo la sonrisa.
—Diga. —Casi gruñó ella mientras veía al idiota que no dejaba de burlarse a costa suya.
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Si de ti se trata...
FanficDicen que la vida da muchas vueltas, dicen que del odio al amor hay un paso, dicen y dicen y solo algo queda nos queda claro... Cuando de ti se trata, no hay nada asegurado.