CAPÍTULO 23. AYUDA

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Rosé estaba cerrando caja después de un día bastante productivo. Estaba preocupada, bastante preocupada por su socia, quien llevaba ya días con un semblante sombrío y distante. Incluso para Seulgi había sido imposible acercarse al aura misteriosa y oscura. Aun así, todos en el café sabían lo que estaba pasando.

El secreto a voces no permitía que tocaran el tema, pero Rosé no estaba dispuesta a seguir las reglas morales que habían decidido practicar todos casi al unísono, conectados mentalmente. Park Chaeyoung tenía que enfrentar el problema o no estaría tranquila.

Se despidió de Mark, quien había acomodado su mochila en la espalda y tras él, salió BamBam luego de ayudar limpiando las losetas del piso. "Hasta mañana jefa..."

Una vez los chicos fuera, Seulgi tomó una silla, Joy llevó café al patio trasero y Lisa se acomodó el abrigo. Rosé llevó a Jisoo casi arrastrándola hacia la pequeña reunión al aire libre y la obligó a sentarse.


"Escucha bien, no sé en qué estás pensando, pero ya pasaron varios días y no soporto tu cara. Me enferma; así que o haces algo o tomas unos días libres para asimilarlo." La abrazó por el cuello.

Jisoo volteó asustada. "¿De qué—?"

"Sabes bien de qué hablo."

"Todas sabemos, Chu." Asintió Lisa comiendo una galleta.

"¿Saber qué?" Siguió la pelirroja.

"Debes ir y buscar a Jennie, Jichu." Dijo Seulgi abrazando los hombros de la pelirroja con su brazo derecho.

"¿Qué?"

"No importa si sabemos o no, o cómo lo sabemos. No soportamos verte así." Dijo Joy.

"Ve a buscarla, por dios." Pidió Rosé.


Jisoo estaba a punto de pedir explicaciones, pero se rindió antes que nada. "Debe estar odiándome ahora. He arruinado todo." Se cubrió la cara. "Lo peor es que creo que es como debe ser..."


"¡¿QUÉ?!" Escupió Lisa.

"Maldita sea, Lalisa. Qué asco" Se limpió Joy.

"Sabemos que fuiste una completa idiota, ¿pero no harás nada para arreglarlo?" Preguntó Seulgi tomando café.

"No lo sé." Se rascó la nuca sin esperanza. "No creo que haya algo que pueda hacer."

"Qué te parece si te doy pistas." Dice Joy empezando a desesperarse. "Ir a casa de Ryujin, pedir disculpas y decirle que no puedes ser feliz sin ella. Besarla."

"Tener sexo salvaje..." Murmuró Lisa con la taza tapándole los labios.

"Y a eso agrégale que fuiste una idiota." Sonrió Seulgi.


Jisoo negó sin querer escuchar el resto de la conversación. Estaba segura de que era peligroso bajar la guardia y sería terrible tener que abrirse nuevamente, dejando su orgullo de lado para que en algún momento se quede sola otra vez, con el corazón hecho trizas. Tenía tanto miedo a sentir que llevaba algunos días reprimiendo su ansiedad hasta quedarse dormida temprano en la madrugada y despertar dos horas después para ir a trabajar.

"...Aún tienes tiempo..." Dijo Lisa animada sonriendo, pero Jisoo estaba tan perdida en sus pensamientos que no logró entender a lo que se refería. Frunció el ceño.

"¿Estás escuchándonos?" Preguntó Seulgi, pero Jisoo solo tomó aire.


"¡OK! Quizás Jisoo tenga razón." Rosé terminó por perder la paciencia, se paró y sacudió su pantalón, alisándolo. "Esto no va a funcionar. Jichu, todo está bien, creo que si ella realmente fuese para ti ya lo sabrías a estas alturas. No quiero ser dura, pero pensé que era suficiente demostración que venga hasta aquí por ti, ahora creo que no mereces todo lo que hizo." Frunció el ceño. "Respetaremos tu decisión. Solo deja de jugar con ella y ponle fin a todo eso." Revolvió el cabello de la pelirroja y caminó hacia la cocina, cerrando la puerta tras de sí.

El apartamento [Adap. Jensoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora