DISPUESTA A TODO | MAKIMA
★ Makima y tu tienen una muy buena relación, pero, ¿Estarás dispuesta hacer todo por ella?
★ female <she/her>, love, manipulación, asesinato, non-cannon"¿Harías los que fuera por mí?" Preguntó con una pequeña sonrisa
"Lo que fuera" Respondiste determinante
"¿Me comprarías un anillo con un gran diamante? ¿Te pondrías en rodillas por mí? ¿Matarías por mí?" Volvió a preguntar
"¿No crees que lo último es algo extremo?" Respondiste algo nerviosa
"Lo sé..." Respondió con una risa "No te preocupes no te pediré eso... Aún" Susurró
Llevabas tres meses de relación con Makima, era una chica demasiado exigente. Nunca pensaste que alguien como ella tendría una vida con tanta adrenalina y determinación, llevándote e involucrándote a muchas aventuras, pero aun así disfrutaba pasar tiempo a si lado.
Ahora estaban en otra cita, habían decidido a ir a comer algo y ponerse al día la una a la otra; pues, con tus estudios, te robaba mucho tiempo libre y no querías dejar morir la relación.
"¿Y adónde quieres ir?" Preguntó
"Me gustaría ir a tomar algo de helado" Respondió "Tú invitarás, ¿Verdad?"
Sentiste un escalofrío recorrer por tu espalda, no había hecho nada raro; pero su forma de entonar esas palabras te daba una sensación extraña, aunque no era la primera vez que sentías eso, nunca lo tomabas en cuenta porque pensabas que era tu paranoia
"Está bien" Respondiste intentando disimular
Caminando hacia la heladería se toparon con una anciana y su lindo perro Husky.
"Lo quiero" Dijo Makima determinante
"¿Eh?" Preguntaste "¿Quieres ese perro...? Podemos adoptar uno después si quieres"
"No quiero cualquier perro, quiero ese. Dijiste que harías todo por mí, ¿Acaso me mentiste?" Cuestionó
"Pero es una anciana Makima, ¿Cómo quieres que le robe a una anciana?" Insististe
"No me importa quien sea" Dijo "Lo quiero, Me lo darás, ¿Verdad?"
Suspiraste antes de acceder a lo que ella te ordenaba. Había veces que Makima se comportaba como una niña mimada, y si no hacías lo que te decía; te insistiría hasta que cumplieras lo que ella solicitó.
Intentando autoconvencerte, tomaste aire y te dirigiste hacia donde estaba la anciana. Intentando no hacerle daño ni agravar más la situación, te agachaste para poder soltar la correa que conectaba al canino y a la anciana, luego, en un movimiento rápido tomaste al perro y huiste de ahí, escondiéndote para que ella no te viera.