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Estabas terminando de cocinar la cena cuando recibiste una llamada que interrumpió tu momento de cocinera.
"¡Hola, T/N!" Saludo alegremente Himeno al otro lado del teléfono "Recién salí de casa, para que no te apures tanto en hacer las cosas y tener todo listo"
"No te preocupes tú por eso, yo te invité, y al ser mi invitada debo tenerte todo listo" Respondiste "Pero gracias por avisarme igualmente, ¿Sabes a qué hora llegarás más o menos?"
"Posiblemente si es que el tráfico no está tan abundante estaré como a las 9:30 en tu casa, pero si hay mucho, posiblemente se sumen unos 20 minutos por lo menos"
Himeno vivía bastante lejos de tu casa, cuando la invitaste a pasar la navidad junta te habías olvidado de ese pequeño detalle, y cuando le ofreciste cenar para que su viaje no fuera tan largo; ella dijo que no tenía problema alguno en darse un viaje de casi 1 hora.
"Está bien, tendré todo listo para ese entonces" Volviste a decir "Avísame cualquier cosa si es que te atrasas mucho; podremos encontrarle una solución"
"Siempre te estresas por todo T/N... Tómalo con calma, pero tendré tu opción en consideración" Dijo para después despedirse
Como a Himeno le quedaba bastante para que llegara, comenzaste a prepararte.
Tomaste una ducha, tomaste tu atuendo favorito de tu closet, continuaste arreglando tu cabello y algo de maquillaje, ya que era un día especial. Sería la primera vez después de mucho tiempo en que Himeno y tú tendrían algo parecido a una cita... Amabas viven muy lejos de la otra y para empeorar la situación, trabajan con horarios distintos, así que verse era imposible, pero, a pesar de que podían llamarse no era lo mismo a que estar frente a frente.
Ya habías terminado de arreglarte, así que continuaste viendo que la mesa estuviera bien puesta y que la cena no se vaya a quemar. Al ver que todo estaba listo te sentaste a esperar a que Himeno te avisara como iba con el viaje y a que llegara porque no tenías más opciones para hacer, pero sin darte cuenta cerraste los ojos y tomaste una pequeña siesta, total, podrías relajarte al estar todo listo y apagado.
Luego escuchaste como alguien tocaba tu puerta y de un susto te despertaste, te arreglaste un poco el cabello y la ropa, ya que por la siesta se había desordenado; y luego fuiste a abrir.
"¡T/N!" Exclamo Himeno
No habías ni podido terminar de abrir la puerta e Himeno ya te estaba abrazando. Cuando procesaste todo lo que estaba pasando, obviamente aceptaste su cálido abrazo.
"No te quedes en la puerta, pasa" Sugeriste amable con una sonrisa
Himeno hizo lo que le dijiste y tomo asiento para poder conversarte mejor.
