MI MEJOR AMIGO | POCHITA
★ Un demonio puede ser la mejor compañía.
★ female <she/her>, cannonEstabas vagando por las calles, te habías peleado con tu madre como de costumbre y una cosa llevó a la otra; hasta que ya no pudiste y escapaste de casa.
Mientras encontrabas un lugar para poder refugiarte de la lluvia, encontraste un característico perro de color rojo y una extraña cola.
Inmediatamente te diste cuenta de que ese no era un perro callejero, ni mucho menos. Sin duda era un demonio de sangre.
Siempre te dijeron que debías mantenerte alejado de esos animales, y que si desafortunadamente te llegabas a encontrar con uno, debías matarlo si podías.
Así que ahí estabas junto al demonio. Revisaste a todo los lados para ver si alguien estaba viéndote, pero estabas en completa soledad.
Notaste como se estaba aferrando a la vida, respirando y dándolo todo para no morir... Por un instante no podías hacerlo, realmente no podías hacerle daño a alguien, así que te rendiste y soltaste las rocas que habías tomado para atacarlo.Así que sin nada más que hacer, te sentaste a su lado mientras la lluvia seguía mojándolos.
Su final ya estaba escrito, moriría esa noche.Sin la suficiente sangre para poder regenerarse no le quedaría más opción que verlo morir... Pero algo dentro de ti no acertaba ese destino, por más extraño que pareciera, era un demonio y ni siquiera lo conocías como para que tu muerte te afecte, pero no querías ese destino para él.
"¡Maldita sea! ¡¿Por qué no me muerdes?! ¡Sálvate si eso quieres!" Exclamaste mientras extendías tu brazo dándole la señal que te mordiera
Con sus últimas fuerzas, se levantó y comenzó a morderte y succionar tu sangre para poder recuperar su fuerza.
"Ya que eres un demonio haré un trato contigo..." Volviste a decir "Quédate a mi lado sin importar que, ¿Trato?"
El demonio se a soltar tu brazo y comenzar a mover su cola en forma de respuesta.
Luego de eso lo tomas en brazo y caminaron hasta un árbol donde acurrucaron para descansar, obviamente antes te cambiaste de ropa por una que Llevabas en tu mochila; y también sacaste a tu nuevo demonio compañero.
"¿Crees que deberías llevar un nombre?" Le preguntaste sin esperar ninguna respuesta
El demonio se limitó a acurrucar su cabeza bajo tu bazo.
"¡Lo tengo!" Dijiste "Te llamarás Pochita, apuesto a que ninguna otra mascota tendrá ese nombre, tú eres especial como ninguna otra; así que ese nombre te sentará bien"
Luego de que terminaras de jugar un rato con él, se dieron cuenta de que ya era tarde y debían dormir o bueno, por lo menos tú debías dormir.
Sacaste una manta de tu mochila, y apoyada en un árbol decidiste conciliar el sueño.A la mañana siguiente Pochita te estaba levantando mordiendo tu pantalón y sin ningún otro remedio, terminaste abandonando ese cómodo espacio donde dormiste.
"¿Y qué podríamos hacer hoy?" Dijiste vagamente "¿Qué te parece si vamos a buscar algo de comer?"
Sabías que debías encontrar la forma de comer, ya que si tú morías; posiblemente encontrarían a Pochita y lo matarían... Y ese futuro no querías que se hiciera realidad, así que al no tener dinero, la solución más prometedora era robar.
Obviamente no robarían algo grande, sino que robarían algo para poder alimentarse por el día.
Comenzaron a vagar por las calles hasta llegar a un lugar donde su plan podría funcionar. Una joven de aproximadamente 17 años atendiendo una panadería, sin duda era la mejor opción.
Ta acercaste silenciosamente al borde de la puerta principal del negocio para verificar que no había nadie observándolos para poder seguir con el plan.
"Está bien, escucha atentamente Pochita" Dijiste "Debes hacer el suficiente ruido para que la señorita que atiende venga a ver que está pasando, entonces yo ahí entro, tomo lo que necesito y salimos corriendo, ¿Okay?"
Pochita simplemente ladró y movió la cola en forma de respuesta. Así sin ningún otro imprevisto, comenzó el plan.
Y tal como habían dicho Pochita comenzó a hacer ruido y la chica fue a ver que sucedía. Todo estaba yendo muy bien, pero notaste la presencia de un anciano.
Tan solo por juzgar su rostro sabías que no era amable, e inmediatamente mientras seguías tomando las cosas te lanzó una mirada asesina.Era como si te hubiera dado tan solo 1 minuto para terminar y salir de ahí antes que te tomara del brazo y no te dejara salir. Después que entendieras esa indirecta, terminaste lo más rápido posible y saliste corriendo de la tienda.
"¡Pochita!" Exclamaste "¡Deja eso! ¡Ya terminamos, ahora escapemos!"
Pochita tan rápido como escucho tu orden, dejo de atormentar a la joven de la tienda y tan rápido como sus patitas le dejaban comenzó a seguirte el paso.
Luego de correr por un rato, finalmente perdieron de vista a todos y podían finalmente descansar.
"¡Fue un éxito!" Elogiaste "Ahora por fin podre comer por algunos días Pochita, todo gracias a ti"
Él tan solo se limitó a celebrar corriendo en círculos, moviendo su cola y dando algunos pequeños brincos.
"¿Qué te parece si damos un paseo por el centro?" Ofreciste "Si no mal recuerdo tengo algunos centavos restantes y podríamos hacer algo con eso"
Y así fue, después de que comieras algunas cosas que rescataste de la tienda, se aventuraron al ir a una feria cerca del centro.
Al llegar allí, compraron un boleto y se subieron a la montaña rusa, a los cabritos chocones y a varios juegos más."Eso sí que fue entretenido" Dijiste con una pequeña sonrisa "Hace tiempo porque no me divertía de esa manera..."
Mientras tú seguías compartiendo tus pensamientos con Pochita, te diste cuenta de que él ya no estaba a tu lado y te había dejado completamente solo.
Obviamente te desesperaste, que un demonio estuviera suelto por ahí, no iba a terminar bien."¡Pochita! ¡Pochita!" Buscabas por él entre la multitud, sin ninguna noticia
Estaba pensando lo peor, lo habías raptado, matado o peor... Pero no te rendiría así de fácil, así que continuaste llamando por su nombre mientras lo buscabas.
Hasta que finalmente entre la multitud lograste distinguir su extraña y peculiar cola. Corriste a buscarlo y cuando lo tomaste en brazo, te percataste que tenía una manzana acaramelada entre sus dientes.
Con algo de cuidado, la tomaste del palo y se lo sacaste.Y al parecer por la actitud que tenía, él quería entregarte esa manzana; y ahora comenzaste a entender todo. No se había escapado porque quería, sino que te fue a buscar una manzana acaramelada para comer mientras ocurría el espectáculo.
Mientras continuabas dándole cariño a Pochita, escuchaste como el primer fuego artificial de la noche era lanzado. Y, como nunca, no te lo ibas a perder. Así que, con Pochita en tus brazos corriste hasta el lugar donde mejor se podrían ver...
Sentado en el césped comiendo una manzana regalada por tu nuevo mejor amigo disfrutaron los fuegos artificiales de ese año.
Y en ese momento te diste cuenta de que habías encontrado a alguien quien siempre estaría a tu lado y podrías contar con él sin importar quién... A pesar de ser un demonio.