Capítulo tres.

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Mi ducha es rápida y cálida, pero tan relajante que siento como si todo rastro de tristeza se va corriendo con el agua.

Al salir veo a Chan esperándome pacientemente mientras se distrae con la forma de sus dedos. Sus benditos dedos.
Cuando nuestras miradas chocan nos sonreímos, y comenzamos a caminar hacia los dormitorios, tal y como si nos hubiésemos puesto de acuerdo.

Entro a mi recámara, pero Chan se queda de pie en la puerta.
-¡Oh, vamos! Entra- Me quejo tomándolo del brazo, él se deja jalar y que lo haga adentrarse. Me recuesto en mi cama. -Recuéstate conmigo-. Chan es muy obediente y se acuesta a mi lado, hombro con hombro. -Estar contigo me relaja. Creo que podemos llegar a tener una buena relación de trabajo-.
Y de repente, sin previo aviso, un pensamiento que me dicta Chan no está cómodo conmigo puesto que no soy gracioso.

-Por mí está bien- Dice bajando la mirada hacia sus manos.

Tomo su mano derecha y entrelazo nuestros dedos, siento su mirada desconcertada pero no mueve ni un músculo para evitar nuestro agarre. Lo miro, o mejor dicho exploro con detenimiento cada parte de su rostro, y veo como el rubor en sus mejillas crece a medida que paso más tiempo admirándolo.

Despego su brazo de sus costillas y recuesto mi cabeza encima de aquella extremidad, después coloco su mano sobre mi clavícula. Chan se acomoda y ambos quedamos más felices con la posición, me aprieta un poco asegurando el agarre, y yo me acomodo a manera de quedar encima de mi hombro, y mi rostro en dirección hacia él.

Al estar oliendo su delicioso olor empiezo a sentir sueño en demasía. Me siento genuinamente feliz... Como nunca me había sentido. Cierro los ojos esperando tener buen descanso, y sin previo aviso Changbin abre la puerta de golpe asustándonos. Maldito.

Alza ambas cejas sorprendido, sonríe de lado, se relame los labios y exclama.
-Felix, del palacio del este, vino a hablar con Chan-.

Frunzo el ceño con celos y enojo. Chan se separa de mi lado de a poco, no queriendo incomodarme, pero yo atrapo una de sus piernas con las mías.

-¿No aprendiste a tocar la puerta o qué?-.

-Seungmin, es urgente que Chan vaya. Quizá cuando regrese continúen haciendo lo que sea que estaban haciendo- Se queja.

Y sorprendentemente me encuentro dejando libre la pierna de Chan, sentándome en mi cama con obediencia, y no refunfuñando.

Mi guapo y divertido sirviente se va tan rápido que siento aún más celos, ¿Habrán hablado ese día en la cena y yo no me di cuenta? ¿Se gustarán?
Seguramente le gusta más Felix, porque ese omega es bien conocido por ser todo lindo y floral, amable, y básicamente lo contrario a mí. Su alfa debe ser afortunado en casarse con él.

-Entonces, ¿Chan y tú comparten cama? ¿Y Minho?- Cuestiona curioso mi hermano mayor.

-Minho se acuesta con Han, ¿No podía yo divertirme también?-.

-¡¿Minho se acuesta con Han?!- Exclama preocupado y exaltado de más.

-Sí, sí, pero cállate. Seguiré con el plan de casarme con Minho, pero ambos sabemos a quiénes realmente veremos por la noche. Y estoy bien con eso-.

-¿Y si mi padre se entera?-.

-No tiene porqué enterarse, ¿O tú le vas a decir?-. Frunzo los ojos, juzgando a mi hermano.

-Quiero decir...-. Lo interrumpo.

-¡Que me maten! ¡Que me torturen!- Exclamo dramático. Después susurro entre dientes -Que hagan lo que quieran conmigo, pero al final del día seguiré queriéndole-. El alfa alza las cejas. -Además, sé con que mujerzuelas te vas por las noches, y eso es muchísimo menos aceptable debido a que tú vas a ser rey. Tú escoges, futuro rey de Corea- Me burlo.

Changbin frunce el ceño. No le ha parecido mi burla. Suelta una carcajada. -¿Lo quieres? ¿Tan rápido?-. Cuestiona burlón.

-Sí. Daría mi vida por Chan si él me lo pidiese-.

En realidad ni siquiera yo sé porque estoy siendo tan dramático con el tema de morir por el amor de Chan, o con quererlo tanto. Quiero decir, quizás es porque nunca me había sentido tan feliz y relajado de estar abrazado con alguien en la cama sin sentir la necesidad de tener sexo para no sentirme incómodo. O la manera en que quiero ser amable y complacer a Chan en todo aspecto. Es extraño.

-Si lo quieres tanto, quizá debas ir con él y alejarlo de ese tal Felix. Porque a como yo huelo las cosas, esos dos se traen algo entre manos. Ve y pon a ese omega y a ese alfa en su lugar. Y yo puedo decir que no sé dónde estás, porque enseguida que Chan salió de tu recámara, yo salí-. Me sonríe cómplice.

-Bien, gracias. Sólo no digas que salió de mi recámara. Quiero decir, daría la vida por él pero la idea no es morir ahora- Digo juguetón.

Changbin sonríe amplio.
-Tantos años conociéndote y no sabía que tenías sentido del humor. Vaya sorpresa-.
Le doy un golpe divertido, él me da uno, y nos sonreímos cómplices.
-Ve por ese alfa, pequeño- Me alienta.

Me pongo de pie y salgo tan rápido que al décimo paso siento como mis piernas me cobran factura, haciendo que vaya más lento y con dolor a cada paso que doy. Pongo mi mejor esfuerzo en olfatear al alfa, y en menos de dos minutos sé dónde está.

Me dirijo al comedor con pasos agigantados no importándome el dolor de mis debiluchas piernas que estuvieron en reposo por días.

Entro al pulcro y luminoso lugar, encontrándome a Chan y Felix charlando tan fluidamente como si fuesen dos amigos de toda la vida, sentados frente a frente con la mesa separándolos. El alfa luce enojado e indispuesto, Felix luce quejoso y molesto. ¿Estarán discutiendo? Bien, no me interesa; él es mi alfa, Felix, no el tuyo, y yo soy el único con el derecho de enojarme y hacerlo enojar.

Me acerco hasta ellos, y sin decir ni una palabra tomo a Chan de la mano. Este no rechista y se levanta cuando jalo de su brazo. Felix se queja, pero nosotros ya estamos dando un par de pasos lejos de él.

scene stealers. (Chanmin/Seungchan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora