3. Cenas, enemistades y los merodeadores

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1 de septiembre 2018

Como era de esperarse me perdí camino a los dormitorios de "Gryffindor." Por suerte me encontré a Lily en el camino y me guío. También me presentó a sus mejores amigas y compañeras de cuarto Mary Macdonald, Marlene Mckinnon y Dorcas Meadows.

-¿Con quién compartes cuarto, cariño?- Exclamó Mary, la primera vez que me había dicho cariño me había desconcertado, pero después caí en la cuenta de que así llamaba a todos.

-Un tal Sirius Orión Black, James algo y Peter apellido que empieza con p.

-Uh mis condolencias.- Dijo Lily- Te tocaron los merodeadores.

-¿Merodeadores?- pregunte confundido- ¿Qué se supone que hacen? ¿Patrullar los pasillos o algo?

Lily negó con la cabeza.

-No se porque se llamen así, pero solo son un grupo de bromistas, hacen bromas estúpidas y son increíblemente inmaduros.

-El año pasado en la cena de cierre de ciclo hicieron que el jugo de calabazas dejara la lengua azul.- Exclamó Dorcas.- Hace dos años pusieron tinte rojo en el champú del profesor de matemáticas, les dieron una semana de detención.

-Tienen algo así como una enemistad con los alumnos de los dormitorios de Slytherin.- Continuo Lily- A Severus no le agradan.

-A Severus no le agrada nadie, solo tú- Agrego Marlene.

No conocía mucho al tal Severus, pero por nuestra interacción en el tren supuse que Marlene tenía razón.

-¿Qué me dicen de Regulus Black?- pregunté- Fue amable conmigo ¿también es parte de los merodeadores?

-¿Regulus? No lo conozco muy bien, es un tanto reservado, pero sin duda es mejor que su hermano.- Las chicas se detuvieron así que yo también lo hice.

-Esta es la Torre de Gryffindor.- Lily abrió la puerta y entramos a una sala, era bastante acogedora, tenía una chimenea, un par de sofás que lucían bastante cómodos, mesas con juegos de mesa, un modem con internet y una pequeña estantería con unos cuantos libros.- Esta es la sala común.

-Wow- exclamé maravillado, mi antigua escuela no se parecía en nada a esta, San Marcos lucía como un castillo. Me habían cambiado porque tuve unos cuantos problemas en mi anterior escuela, los chicos podían ser imbéciles en algunas ocasiones, a mi padre lo habían ascendido en su trabajo y había conseguido media beca, por lo que mis padres creyeron que San Marcos sería una buena opción.

-Es increíble ¿verdad?- exclamó Mary- Bueno las habitaciones de los chicos están por allá, la cena obligatoria de principio de curso es a las 9, no faltes.

-Adiós, Remus.- Dijo Lily, me despedí de las chicas y subí las escaleras a las habitaciones de los chicos, la mía era la número doce, por suerte estaban numeradas.

No había nadie, así que tome la primera cama, deje caer mis cosas y me dispuse a observar el cuarto, tenía un buen tamaño, las paredes eran rojas, había una ventada en la esquina con una cortina, en el fondo había un baño completo, las camas solo tenían un colchón, pero contaban con una cortina roja con la imagen de un león. También había una maleta acomodada junto a la puerta.

Sin duda este lugar era demasiado elegante, era para niños ricos, yo no era un niño rico, era raro y seguramente no encajaría aquí. Nunca había estado en un internado, no sabía que esperar y mis compañeros de cuarto, por lo que me había dicho Lily, eran terribles. Tomé una nota mental de nunca dejar mi maleta sin llave y mantener mis productos de aseo personal dentro de esta, no quería terminar con el cabello teñido ni con mi ropa interior colgada de la fachada del edificio.

Se escucharon un par de risas y de inmediato supe que los merodeadores se acercaban, rece a todos los dioses que conocía para que me dejaran tranquilo. Niños pijos más Remus Lupin era igual a bullying. Tome un libro y fingí que lo leía, de inmediato me arrepentí porque era el libro de Rojo, Blanco y Sangre azul, lo lance dentro de mi maleta justo cuando la puerta se abría.

-Hola- saludo un chico alto, moreno y con lentes redondos.- Soy James Potter, tú debes de ser Remus.

-Hola- Salude.

-Ellos son Sirius y Peter.- continuo diciendo James.

-Hola, Remus.- Me saludo un chico un tanto más bajito que Sirius, rubio y un poco regordete.

Sirius, que era un chico muy atractivo, quiero decir un Dios griego en todo su esplendor, pero jamás lo admitiría en voz alta, no me saludo, tan solo fingió que yo no estaba ahí, así que yo lo ignore igualmente. Hubo un silencio incomodo, así que busque otro libro y comencé a leer solo para hacer algo, los chicos escogieron sus camas y comenzaron a desempacar sus cosas. Los ignore y me concentre en la lectura.

-¿Esta maleta es tuya?- preguntó Sirius tarde unos segundos en darme cuenta de que me hablaba a mi.

-Amm... No- conteste sin levantar la vista de mi libro, solo mire de reojo como la recogía y la abría.

-¡Mis padres enviaron mis cosas!-exclamó Sirius, comenzó a sacar sus uniformes y un par de libros.- No creí que lo harían

-¿Las olvidaste? ¿Paso algo con tus padres?- preguntó James, el pelinegro me dedico una mirada asesina.

-Luego hablamos- dijo. Como si me importara algo sus dramas familiares, tenía suficiente con los míos. Algo ofendido me obligue a concentrarme en mi libro.

Pasaron las horas y al llegar el momento del banquete. Cuando dieron las nueve, James fue lo suficientemente cortes como para preguntarme si quería bajar con ellos y como aún no me familiarizaba con el colegio dije que si.

El Gran Comedor hacia justicia a su nombre, cuatro mesas increíblemente largas llenaban el salón de por si largo, había un gran candelabro en el centro y en el fondo estaba la mesa de profesores, el director Dumbledore, estaba sentado en medio de dicha mesa, a su izquierda estaban unos cuantos profesores que no reconocí y a su derecha estaba McGonagall quien me había dado una charla acerca del colegio la semana pasada y el profesor que había mencionado en que cuarto estaríamos.

James amablemente me invito a sentarme con ellos, pero por la mirada de Sirius supuse que esa idea no le agradaba, así que decline su oferta, de igual manera quería sentarme con Lily y sus amigas, quienes eran muy agradables. Las encontré en la mesa contraria a la que escogieron los "merodeadores" y me senté en medio de Marlene y Mary.

-Sobreviviste a tu primer día- Dijo Mary- Felicidades, cariño.

-El día aún no termine.- dije segundos antes de que el director pidiera silencio y diera un discurso. Según Marlene era el mismo que hacia cada año, cuando termino todos nos levantamos a formarnos en la fila del bufet, la comida estaba sorprendentemente deliciosa, en mi anterior escuela solo comías la comida de la cafetería si querías contraer una parasito intestinal.

Al finalizar la cena, subí a mi habitación y comencé a examinar los libros que nos habían pedido para las clases, para cuando los merodeadores llegaron al cuarto yo ya había apagado la luz e intentaba dormir.

Mañana comenzarían las clases.

Abrazo de Luna [Wolsftar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora