16. Oh (amarga) Navidad

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25 de diciembre 2018

Reggie salió del hospital un día  después de que fue ingresado. Los Potter pagaron por toda la atención médica e incluso nos ofrecieron un lugar para quedarnos en su casa. No tenía manera de pagarles, así que solo pude mostrarles mi gratitud.

Durante la cena de navidad nadie había estado de un ánimo muy festivo. Solo habíamos sido James, sus padres, mi hermano y yo,  Euphemia nos había servido a todos una buena porción de pavo y puré de papas, sin embargo, había dejado mi plato intacto, incluso Reggie no había podido comer nada y eso si que era extraño en él.

Durante toda la cena no pude dejar de pensar en lo que había sucedido hace tres días, el oficial Stallone había llamado por teléfono, quería hablar con nosotros, preguntó si íbamos a presentar una denuncia. Reggie y yo habíamos hablado de eso y llegamos a la conclusión, de que lo mejor sería no hacerla, los Black eran una familia poderosa y a pesar de que el señor Potter, era un excelente y prestigioso abogado, se nos antojaba imposible que ganaramos la demanda si es que nos íbamos a juicio. Aunque lo más seguro era que nuestros padres sólo pagarían para librarse de la denuncia.

El oficial insistió en que le tomarán fotos a los moretones de Reggie, en caso de que cambiaramos de opinión. Ya que así  tendrían la evidencia, también le tomaron fotos a mis cicatrices de la espalda, me sentí horrible, fue la peor experiencia que he tenido. Me da escalofríos con tan solo recordar: el gélido tacto de la fotógrafa, las luces demasiado brillantes del cuarto, el oficial y el señor Potter observando todo y el silencioso camino a casa de los Potter. Si para mí fue duro, me imagino que para Reggie fue aún peor.

Hoy era 25 de Diciembre, los Potter nos habían comprado una caja de chocolate a mi hermano y a mi, así que después de desayunar nos habíamos tumbado en la sala a ver la tele y comer los chocolates. Solo pasaban películas de navidad, así que al final nos decidimos por ver el Grinch. Regulus estaba en el sofa, con su pierna entablillada descansando sobre un cojín. James y yo estábamos recostados en la suave alfombra. Después de una hora me comencé a aburrir, así que dije que iba al baño, pero en realidad me escabullí a la oficina del papá de James, para usar el teléfono.

Remus me había dado su número el día del accidente de mi hermano, me dijo que James también lo tenía, pero por si acaso me lo anotó en una página que arranque de una revista de la sala de espera. No tenía que ir a buscar el papel que estaba guardado y cuidadosamente doblado en mi maleta, ya que había memorizado el número, aunque aún no me había atrevido a llamarlo. No sabía que decir, pero quería hablar con él.

Marque el número y espere. Estaba nervioso, no tenía la menor idea de que iba a decir, tal vez solo decir un simple "feliz navidad."

-¿Hola?-Contestó, me dio pánico y no pude formar las palabras. Inmediatamente colgué el teléfono.

Mierda, mi vida ya era la suficientemente complicada como para involucrar a Remus, suspiré, Sirius Balck no se rendía, volví a marcar. Esta vez tardó más en contestar.

-¿Quién habla?- Su voz sonaba recelosa, trague saliva y dije.

-Número equivocado.- Colgué el teléfono, Dios, ¿qué pasaba conmigo? Me pasé una mano por la frente y jure que no volvería a marcar ese número. Estaba apuntó de marcharme cuando el teléfono sono, me acerque a el y conteste.

-¿Bueno?

-Se que eres tú, Sirius, reconocí tu voz.

Se me cayó el alma a los pies y murmuré una maldición.

-¿Qué sucede?- pregunto, había preocupación en su voz y me maldije por preocuparlo.

-Nada, yo... Ammm... - Vamos Black, formula una maldita frase coherente-No sé, han sido unos días muy extraños y necesitaba oír tu voz.

¿POR QUÉ HABÍA DICHO ESO? No entres en pánico, no entres en pánico, me repetí a mi mismo, una y otra vez.

Hubo un silencio al otro lado de la línea y creí que había colgado, pero después dijo.

-Me alegra que llamarás.- No pude contener la sonrisa, que bueno que no podía verme a través del teléfono.- Escucha, se que todo esto ha de ser muy difícil para ti, también sé que no nos conocemos desde hace mucho, pero quiero que sepas que voy a estar aquí para ti ¿sí? Para eso están los amigos.

Amigos. Odiaba y a la vez amaba esa palabra, no quería ser solo su amigo, pero por ahora eso bastaba. No necesitaba agregarle más drama a mi vida en este momento.

-Gracias, Moony.- Respondí. -De verdad gracias.

Estuvimos hablando durante media hora más, no tocamos el tema de lo que sucedió con Reggie ni nada relacionado con la posible denuncia. Tan solo hablamos de cosas banales y por unos minutos, pude olvidarme de lo complicadas que estaban las cosas.

-¿Puedes crees que Lily viva a tres cuadras de mi casa y jamás nos habíamos cruzado?- Me estaba contando en ese momento. Yo sonreí.

-Snape vive enfrente de la casa de ella.- Le comenté.

-Ugh, Snape-Dijo y ambos nos reímos.

-¿Sirius?- Una voz me llamó, me gire, me encontré con el padre de James en la entrada de su despacho.

-Tengo que colgar, feliz navidad, Remus.

-Feliz navidad, Pads.

Colgué el teléfono y murmuré una disculpa rápida a Fleamont, por haber entrado en su oficina sin permiso.

-Esta bien, chico, no pasa nada-Le quito importancia al asunto con un gesto de su mano. Después su semblante se oscureció. - ¿Cómo estas?

-Estoy bien.- Ni siquiera yo creí mis palabras. Él tampoco pareció creerme, nos quedamos en silencio hasta que dijo.

-Lo siento.- Lo mire extrañado ¿por qué lo sentía?- Si hubiera sabido por lo que estaban pasando, los habría sacado de esa casa antes, no hubieran tenido que estar solos durante esos meses. De verdad lo siento.

Lo mire atónito, no esperaba que dijera algo así, jamás había pensando que a algún adulto le importaría tanto como para querer sacarme de esa casa y mucho menos que se disculpara conmigo, nunca había oído a un adulto disculparse conmigo.

-Esta bien, señor Potter, no pasa nada.

Él me miró, estaba genuinamente arrepentido.

-James no me dijo nada, ¿por qué no me lo contó? Él sabía que podía ayudarte.

-No es culpa de James, yo le pedí que no dijera nada, tampoco sabía que huimos. - Antes de que el señor Potter se siguiera culpando agregué. - Tampoco es su culpa, señor.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

-No tienes que llamarme Señor, puedes decirme Fleamont.- Se acercó a mí y puso una mano en mi hombro. - Sabes que cualquier cosa que decidan hacer, Euphemia y yo estaremos a su lado, Regulus y tú siempre podrán contar con los Potter.

Sonreí genuinamente, por primera vez en mi vida sentí que no estaba solo. Siempre habíamos sido Reggie y yo contra mis padres, pero ya no teníamos que luchar solos, había gente de nuestro lado.

-Gracias, señor, digo Fleamont.

El papá de James soltó una pequeña risa.

-Vamos, chico, la mamá de James hizo chocolate caliente.

Salimos de su despacho y entramos en la cocina, el delicioso aroma a chocolate caliente me hacía pensar en Remus.

Esa noche a pesar de todo el peso que tenía encima, pude dormir tranquilo, porque me quedé dormido pensando en una persona, Moony.

Abrazo de Luna [Wolsftar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora