Body Language| PJM [#2]✔

┊El lenguaje de tu cuerpo┊

Capítulo 5.

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Apenas pude andar por mis propios pies, Jimin se encargó de sacarme de ese lugar. Subimos a su coche, está de más decir que un viaje de quince minutos lo volvió cinco; no sé cómo lo hizo supongo que estaba desesperado por llegar a mi depa y así terminar lo que iniciamos en el club.

Aún no me creo que esté a punto de pasar, después de evitarlo durante tanto tiempo estoy a nada de entregarme a él.

Apenas aparcó el auto frente a mi casa, salgo de este con el corazón martillando en mi pecho y con Park pisándome los talones.

Saco las llaves de mi cartera y con mis manos temblorosas intento abrir la puerta. Se me hace un poco difícil, ya que tengo a Jimin pegado a mi cuello cual vampiro, se está entreteniendo mucho al lamer con esa lengua milagrosa y a chupar con esos labios pecaminosos. Podría correrme con solo esto, ya me tiene viendo estrellas y solo estamos en pleno juego previo.

Luego de un buen rato logro abrir y apenas pongo un pie dentro Jimin me estampa contra la puerta y pega su ardiente anatomía a la mía.

Me besa intensamente, dando lamidas a mis labios y cuando su lengua roza mi belfo inferior abro la boca dándole permiso para que la explore a su antojo. Sabe a soju y a menta, nunca me han parecido tan adictivos los besos de alguien. 

— Me parece un sueño que esto esté pasando — me dice una vez se separa—, llevo demasiado tiempo deseándote

—No digas nada, solo bésame.

Lo atraigo a mi boca una vez más y ahora nuestras lenguas se rozan y enrroscan, saboreándose. Un gemido se me escapa cuando me aprieta aún más, de esa manera dominante y posesiva que estoy empezando a amar.

Mis manos recorren su escultural cuerpo y se deleitan con lo fibroso y trabajado de sus músculos. Estoy tocando el jodido paraíaso con las yemas de mis dedos, así se siente pero, a la vez su tacto quema como si fueran sus caricias las mismísimas llamas del infierno.  

Mi infierno personal.

Bien podría hacerme adicta a vivir en él y a entregarme al mismo demonio si se siente tan bien y tan jodidamente delicioso, realmente no me importa consumirme en este fuego placentero.

Sus manos están por todas partes, su erección palpitante se me clava en el estómago y como me gustaría tenerla entre mis dedos para darle la atención que amerita.

El beso sigue, demandante y arrasador, Jimin chupa todo a su paso y su lengua es invasiva, me saborea a su antojo y llega a lugares que no imaginaba.

Siento el frio de sus anillos en mis muslos expuestos, desliza el vestido hacia arriba, su olor tan embriagante me tiene más borracha que todo el alcohol que consumí hoy. Acaricio con mis dedos los cabellos de su nuca y lo noto tensarse un poco cuando este logra tocar por encima de mi ropa interior.

— Arráncame las bragas, Jimin — ordeno en tono demandante, no quiero que se controle —, quiero que las rompas a lo salvaje; así quiero que me tomes.

— ¿Estás segura? — pregunta dudoso, con la voz ronca y respiración jadeante.

— Sí, segurísima — confirmo