Capítulo 4

47 6 27
                                    

—¡Achís! —estornudó Jaemin.

—Salud.

—¿Cómo es que nunca te resfrias, Minhee?

—Pues no lo sé, supongo que tengo un sistema inmunitario bastante fuerte.

—Que suerte.

—Sí, supongo.

Ring, ring, ring.

—Oh, es hora de ir a clase, nos vemos luego Minhee —se despidió.

—¡Adiós, suerte con el examen! —dije algo alto para que sea audible para él, ya que se había alejado.

Na Jaemin es un chico muy agradable. Me cae bien aunque no hayamos hablado demasiado. Un día esperando al bus para ir al instituto me lo encontré. Me contó que vive cerca mío y me vió varias veces, pero no quería molestar.

🌷

Las clases ya han acabado y Jaemin se ofreció a llevarme a casa, ya que le pillaba de paso. No pude negarme y accedí a su propuesta.

—Entonces Minhee, ¿Tienes hermanos?

—No, soy hija única, ¿y tú?

—Ehm... Bueno... Es algo complicado —djo inseguro— es que tengo varios hermanastros y no sé como considerarlos.

—Entiendo —dije con una amplia sonrisa— entonces, si quieres, no te voy a obligar, explícate

—Mi madre me tuvo a mí, luego se casó con un hombre y tuvo a Yangyang, después se divorció y ahora está con otro, que tuvieron a Jisung. Por parte de padre, pasó lo mismo, pero algo diferente. Se casó con otra y tuvo a Sicheng y a Xiaojun , para luego divorciarse y casarse de nuevo con su hermana, luego tuvo a Chenle. —sonrío— entonces se podría decir que tengo cinco medio-hermanos-aunque-no-estoy-seguro-de-que-lo-sean.

—Jaemin —el chico paró su andar y me miró serio— en serio, tienes una sonrisa maravillosa —miré alucinada al chico con una genuina sonrisa.

—¿Eso piensas? Muchas gracias —dijo cabizbajo, sobándose la nuca un poco sonrojado— pero, ¿a qué viene eso?

—No lo sé, simplemente fue lo primero en lo que pensé.

—Vaya, que directa —rió.

Un silencio apareció, para nada incómodo. Dudaba de romperlo o no, y así hice.

—Vamos, ven

—¿Eh? ¿Dónde?

—Ven a mi casa, quiero enseñarte algo.

—¿Cómo? ¿Así, de repente?

—Sólo ven, te están esperando —dije cogiendo un poco de confianza y agarré su mano en un movimiento fugaz, unos segundos después empecé a correr, riendo junto a él.

—¡Llegamos! —dije en frente de mi casa.

—La fachada es muy bonita.

—Mmh, no es para tanto.

—No miento, es bonita. Como tú — susurró lo último en un tono de voz inaudible.

Al entrar se hicieron presentes unos pequeños maullidos por los gatitos, que nos saludaban acercándose un poco y oliéndonos como podían.

—¡Ay que lindos! —exclamó Jaemin

—Sí... Creo que al final me los quedaré, les tengo mucho cariño.

—¿Tienen nombre? —dijo curioso el chico

—No, aún no. Tendré que pensar en uno para cada uno.

𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺 𝗥𝘂𝗻 | 𝗟. 𝗝𝗲𝗻𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora