Capítulo 39

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Después de llegar a la casa, el rizado se dirigió inmediatamente a la oficina de Piero por las carpetas que debía estudiar a fondo; una vez que las tenía en su poder, le indicó a Niall que no dejara a Liam solo hasta que Santino dejara la casa, sin embargo que los llamaría cuando terminara su trabajo para poder hablar con ellos. De igual manera, había hablado con Jacob para avisarle que estaría en la habitación junto a la de Piero y que pasaría la noche ahí. Al enterarse de esto, Piero fue a visitar al ojiverde. Golpeó la puerta untar de veces hasta que el menor le permitió la entrada.

–¿Cómo estás, Harold?–preguntó al encontrarlo sentado con las piernas cruzadas en la cama con algunas de las carpetas regadas por la cama mientras sostenía una hoja con la mano izquierda y en su mano derecha reposaba su rostro.

La habitaciones en ese pasillo eran inmensamente más grandes que las habitaciones de huéspedes, incluso eran bastante más grandes que las habitaciones de Zayn y Harry. Tenían una sala de estar con dos sillones amplios y uno pequeño enfrente de la cama con una pequeña mesa de centro.

–Ocupado–dijo con desinterés sin despegar la mirada de la hoja.

–¿Estás estudiando tan pronto?–se acercó a la mesa de centro para ver un par de carpetas más y sonrió con diversión.

–Dijiste que te vas mañana a primera hora–dijo alzando una ceja–me diste muy poco tiempo para esto–dijo quejándose.

–Aún es temprano–caminó hacia la cama y se sentó en la orilla cruzando una pierna por encima de la otra–tenemos todo el día para que me preguntes lo que quieras.

–Entonces puedes ayudarme con esto–dijo con un rostro aliviado.

–Claro, puedo explicarte lo que no entiendas–dijo entre risas–aunque he de decir que esos perfiles los hizo Niall, si hay alguien que los conoce por completo, es él–Harry asintió varias veces mientras veía las hojas de sus manos con mayor interés. Piero lo miró con atención y sonrió–siempre has sido así–lo miró con un rostro divertido–no debiste dejar la escuela, naciste para estudiar.

–Soy autodidacta–dijo con una leve sonrisa mientras se recargaba en la cabecera de la cama–no necesito una escuela.

–Supongo que tiene sentido–se encogió de hombros–sin embargo hay algo que no me hace sentido y me gustaría preguntarlo–lo miró con curiosidad.

–¿Qué pasa?–preguntó con un leve tono de molestia, al estar seguro de qué sería lo que iba a preguntar.

–¿Por qué te mudaste de habitación?–preguntó alzando una ceja.

–Massimo me adoptó, ¿no es así?–se sentó erguido–esta zona es para la familia Greco–ladeó la cabeza–puedo estar aquí.

–Claro que si–levantó las manos con inocencia–y me alegra que por fin tuvieras el cuarto que te merecías desde hace tiempo, sé que el señor Greco te la ofreció unos días después de terminar el proceso de tu adopción–frunció el ceño–mi pregunta en realidad es ¿por qué ahora?

–Necesitaba un lugar para estudiar a solas–mintió.

–La oficina está a tu disposición desde este momento hasta que vuelva–sonrió amablemente–además de que no deberías estudiar toda la noche, te va a...

–No quiero estar cerca de Zayn y Louis, ¿de acuerdo?–lo interrumpió de golpe.

–Ya veo–dijo en voz baja–¿tuvieron una pelea?–preguntó con aún más curiosidad.

–Simplemente pasó lo que tenía que pasar–desvió la mirada intentando controlar el calor que sentía en sus ojos–Louis se merecía a alguien mejor que yo y seamos honestos–volvió a mirarlo cuando se sintió en más control sobre sus emociones–los Greco simplemente somos una familia de asesinos con mucha fama–bajó la cabeza sintiéndose completamente abrumado nuevamente.

Síndrome de Crapgras ||  Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora