MY PRINCE [TAEKOOK]

XLVII.

JUNGKOOK

Casi todas las noches Seokjin hyung se disculpó para ir a hablar con el señor Namjoon en privado, casi siempre yo imaginaba que discutían debido a las lágrimas derramadas por mi amigo y estaba a poco de interrumpirlos para mandar al señor Namjoon a volar yo mismo, pero a veces mi amigo regresaba con tranquilidad y una pequeña sonrisa en la boca que me indicaba un enamoramiento entre esos dos. Era tremendamente confuso.

—Si tan mal va su relación, termínela por el bien de los dos— lo aconsejé descaradamente un día tras verlo llorar, jamás imaginé que él fuese un omega dependiente, supuse que era el tipo de omega que a la primer metida de pata mandaría al alfa a volar.

Seokjin negó.

—No es eso, por favor, deme privacidad para manejar esto— me contestó y como siempre, me vi obligado a mantenerme al margen, en cierto sentido frustrado por tanto secretismo.

—¿El señor Namjoon te habla sobre su relación con Seokjin?— le pregunté a Taehyung mientras disfrutaba del calor de la chimenea, envuelto en una manta de lana. Taehyung dejó de leer lo que tenía en las manos para contestar.

—Ciertas cosas— respondió.

—¿Sabes algo sobre sus discusiones diarias?

—Si tu amigo no te ha contado nada al respecto, creo que sería mejor mantenerse al margen...

—¡Entonces sí lo sabes! Por favor, solo quiero saber si debería preocuparme por él.— Taehyung se rascó la barbilla, tampoco parecía querer decirme mucho.

—Yo tampoco sé a qué se debe tanta pelea... Solo sé que Namjoon tenía un anillo de compromiso— dijo y solté una exclamación de sorpresa— Poco después lo vi desanimado así que supuse que había recibido un no por respuesta y eso era todo, pero desde entonces han seguido discutiendo esos dos así que supongo que no fue un no rotundo, no lo sé.

—Dioses— exclamé— sé de mil razones por las que mi amigo rechazaría una oferta de matrimonio... Pero también me imagino otras tantas por las que podría decir que sí, con que eso es lo que se traen.

—De nuevo, si no te quiere involucrado, es mejor dejarlos— dijo el alfa y dejó su libro sobre la mesa para acercarse a sentarse a mi lado y dirigirme un par de caricias en el brazo.— ¿Aún tienes frío?

—Me las arreglo bien— dije.

En Hila los inviernos son duros, faltaba cada vez menos para el invierno y la batalla entre Akala y Cilia se extendió más de lo que mi hermano había predicho en un inicio, por lo que cuando llegó mi cumpleaños mi corazón seguía en angustia por mi país y tres mantas en la cama no me eran suficientes.

Yo no conocía a mucha gente realmente, y si había fiestas en los palacios de Hila y entre la clase más alta, Taehyung y yo no teníamos tiempo de asistir, así que el día de mi fiesta de cumpleaños vi a un montón de aristócratas extraños adentrarse en el gran salón a beber y bailar y llenarme de regalos muy caros, tratando de ganarse mi favor, tratando de hacerme recordar sus nombres el día que se gastaran toda su fortuna en juegos para dejar a su familia en ruina, y estar seguros de que ese día la corona haría una amable inversión en su recuperación. Me pregunté si ese plan les habría servido a estas familias antes, si la reina habrá salvado a alfas de alta cuna de perder toda su fortuna. Lo dudaba mucho, pero tal vez el antiguo rey fue más benevolente que la reina regente.