X.

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TAEHYUNG


—¿Qué haces?

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—¿Qué haces?

—Escribo a Viene, nuestros aliados deben estar al tanto de todo.

—¿Crees que deberíamos divulgarlo a todo el continente? ¿Y si esa carta llega a manos equivocadas?

—Será escoltada con la suficiente seguridad. Y sí, Taehyung, debemos asegurarnos de quiénes son nuestros verdaderos aliados, hay reinos que tienen una relación mucho más estrecha con Sydia que con Hila, Esdhia por ejemplo no me sorprendería que se terminara uniendo a esta traición.

—Esdhia y Sydia son reinos hermanos, pero me parece que Akala está causando diversos disturbios y preocupación en sus fronteras con Esdhia, ahora que nos uniremos con Akala...

—Perderemos a Esdhia, eso ya lo teníamos previsto desde siempre, era una de las razones por las que yo no me quería entrometer, por las que no quería que te metieras con ningún Akeliano— la reina habló con tono brusco.

—Pues era eso o luchar esta guerra solos— respondí, la conversación parecía estarse tornando en una discusión.

—No estamos solos— dijo ella entre dientes— le escribo a Viene, mi hermano enviará hombres, Gárgolas ya mandó una respuesta incluso, están de nuestro lado también, son los imbéciles y cobardes de Ghoze los que no se quieren entrometer.

—Tendrán que hacerlo tarde o temprano— exclamé— están rodeados de las naciones en guerra, quieran o no se verán afectados y deberán tomar una posición.

Ella dejó de escribir, observó el papel en la mesa con un semblante triste y volteó en mi dirección, parecía más calmada ahora, me dirigió una cálida y forzada sonrisa.

—Eres muy listo— dijo— pero también eres muy amable e ingenuo, un reino no sobrevive en base a la clemencia Taehyung, un reino requiere de mano dura y bestialidad, la gente busca a quién seguir y siempre quieren seguir al más fuerte y capaz.

Bajé la cabeza, aquí venía la charla que me recordaba el por qué aún no vestía la corona de rey.

—Hila no es así— dije— la Hila en la que yo crecí siempre fue pacífica, si necesitaba algo era más clemencia y compasión madre, compasión por los enfermos y los pobres, no teníamos más problemas que esos.

—Y ahora está en crisis— respondió, sus ojos parecían más cansados de lo usual, sus arrugas más marcadas, su rostro se veía pálido entre sus prendas vino— y en momentos de crisis no hay mucho espacio para la poesía Taehyung, si tan solo entendieras eso.

No lo entendía, no podía estar en más desacuerdo. Mi madre me había criado con estas mismas palabras, sin embargo nunca lograron llegarme por completo, por el contrario en mi juventud descubrí que lo que más necesita un país en crisis es poesía, arte y música, eso me enseñaron los diversos amantes con los que me encontré, eso me enseñó el primer profesor en Hila que me habló más del hombre y su naturaleza que de los ángeles en el cielo ajenos a cualquier sentimiento de dolor o amor, eso me enseñaron las diversas lecturas que tuve a las orillas del lago en el verano de mis diecisiete años. Yo me eduqué a mí mismo para creer en el amor sobre el odio, o al menos a esa conclusión llegué después de mi amorío más grande en Gárgolas con Jung Hoseok, quien de verdad abrió mis ojos a mucho más que las clases de política y guerra en los aburridos y callados salones del palacio de Hila.

MY PRINCE [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora