Capítulo 8

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Lo único en claro que saqué al hablar con su prima es que Raquel está viva, pero pasando por un mal momento, por lo que no quiere hablar con nadie. Por una parte me alivió saber que no le había pasado nada grave, por otra me angustia no saber qué le pasa. Se me hace difícil darle espacio y no hacer nada por ella, pero si es lo que necesita realmente, lo haré.

—¿Qué te pasa?

La voz de Yon me saca de mis pensamientos.

—Nada —me dejo caer hacia atrás en el sofá y me tapo la cara con los brazos—. Es Raquel, no sé qué le pasa, pero le pasa algo.

—¿Has hablado con ella?

—No me coge el teléfono. Fuí a verla, pero solo conseguí hablar con su prima.

—Entonces te lo contará cuando esté preparada.

Miro de reojo a Yon.

—Pero quiero ayudarla.

—Pero ella ahora no quiere tu ayuda, de lo contrario te lo diría.

—Igual la quiere pero no se atreve a pedirla —le rectifico.

—Sea como sea, tú ya lo has intentado, y seguro que tus amigas también, no la agobiéis más.

—Esta vez le doy la razón a Yon —Javi aparece con una bolsa de patatas entre los brazos—. A veces las chicas os hacéis pesadas con esto de querer ayudar; lo hacéis con buena fé, pero tenéis que aprender a respetar cuando alguien necesita espacio.

Suspiro y me doy por vencida.

—Solo espero que su prima sepa lo que le pasa y pueda ayudarla si lo necesita.

Secuelas de tu ausenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora