Hasta el fin.

capítulo 9

Me mataba ver a Grecia así. Estamos en días de lluvia, llueve tanto afuera, que no podemos salir. Ella ama estos días, un día me lo contó, junto con una anécdota de ella y su padre. ¿sus padres? Su papá falleció cuando ella tenia dieciséis años. Su madre es una alcohólica compulsiva. Y bueno, ella solamente me tiene a mí.

—Grecia, no puedes pasartela acostada todo el tiempo debes de levantarte.—

—¿como quieres que lo haga? Si no lo notaste, ¡estoy inválida! Ah, consecuencias de mi enfermedad que me va quitando poco a poco la posibilidad de vivir.—

—yo seré tus piernas, tus brazos, tus ojos, tu gusto, yo sere todo lo que tú quieres que sea.—

—disculpame por hablarte así David.—

—no me importa. Ven.—

—¿que haces? Está lloviendo afuera David, no podremos salir.—

—una lluvia nunca me ha impidido nada. —

La saqué, cargué sus piernas, sus brazos, la cargué  ella. Salimos, con una lluvia tremenda. La senté junto a mí, disfrutamos como nunca esta lluvia.

—Grecia, mirame a los ojos.—

—que ojos tan preciosos tiene usted señor David.—

—Gracias, Grecia, quiero decirte que eres la mejor persona que he conocido, no te comparas con nadie, espero que seas feliz, si no yo haré hasta lo imposible para que lo seas.—

Todo iba bien, metí a Grecia, como de costumbre la bañe pero, encontré un nuevo moretón este no era como todos los demás pequeños, este era gigante, ella no lo notaba pues estaba en su espalda, pero yo sí. Es una muerte lenta querido lector(a) es una muerte no solo de ella si no también de mí, y no físicamente. Mi corazón muere cada vez que miro este tipo de cosas. La cambié, la acosté y  nos pusimos a ver la película de el rey león. ¡su favorita!.la tenía abrazada contra mi pecho. Me aseguraría de que nadie más la lastimara aunque no iba muy bien, esa estúpida enfermedad la estaba destrozando.