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doce, el fin.

Intentaba tranquilizar mi respiración a la vez que trataba de asimilar lo que había pasado. 

Había sido un golpe bajo e inesperado, la muerte tan repentina de mi amiga me había tomado muy por sorpresa, no sabía qué esperaba; sabía que no era una película de Disney donde se pudiese resolver todo con la amistad y las palabras, pero pensé que Olivia tomaría la decisión de otra manera. 

Miré mi pantalla, ya solo quedaba la foto de perfil de Olivia junto a mi demacrada cara, con los risos por doquier y el maquillaje corrido. 

¿Había terminado todo al fin? 

—Ya tienes todo lo que querías Olivia...—dije mirando al suelo, no me apetecía observar mi reflejo ni una vez más.— ¿Cumplirás tu promesa o mentirás cómo lo has hecho toda la noche? 

Mis palabras cargaban odio y no me importaba en absoluto si eso la hacía enojar, ya estaba resignada a dejar mi destino en sus manos. Ya no quería más guerra. 

El sonido de mensaje me hizo mirar nuevamente a la pantalla. 

mrbubble: A ti nunca te mentiría bestie. 

mrbubble: ¿No quieres saber por qué te he elegido para sobrevivir? 

La verdad me importaba bien poco, solo quería largarme, pero sabía que me lo diría de todas formas. 

mrbubble: Siempre has sido mi favorita Ginevra, desde ese primera llamada en la que te veías tan vulnerable y pequeña, intentando hablar inglés pero fallando por tu nerviosismo. 

mrbubble: Dese ese día me enamoré de ti 

Ya no podía dejar de mirar la pantalla, aquello me había golpeado tal balde de agua fría ¿Qué demonios estaba pasando? 

De repente unas imágenes comenzaron a  aparecer en mi computadora, eran videos míos haciendo cosas cotidianas: durmiendo, desayunando, haciendo tarea; todos grabados desde mi computadora, en ese momento no tenía idea de que "alguien" me estaba viendo. 

mrbubble: Tú, tan afectuosa, simpática, valiente y auténtica. 

mrbubble: No dudé ni un segundo en querer que fueses tú la elegida para sobrevivir. 

¿Lo tenía pensado desde el inicio? ¿Quiso hacerme vivir un infierno para después dejarme vivir, alagarme y salir con que está enamorada de mí? 

—¿Por qué me estás diciendo esto? 

mrbubble: Porque quiero que sepas lo que nunca tuve el valor de decirte cuando estaba viva. 

Miré al suelo nuevamente, ella nunca me había dado un solo de indicio de que le gustase, sabía que le gustaban las chicas y que a veces se acostaba con chicos solo por gracia, pero no soy de aquellas chicas que se persiguen cuando su amiga les cuenta ser lesbiana pensando que se enamorarán de ellas. 

Todo estaba siendo tan irreal. 

mrbubble: Pero felicidades Ginevra, lo has logrado, has llegado al final y has vivido 

mrbubble: Te deseo una vida plena y feliz, espero que no extrañes mucho a tus amigos. 

mrbubble: Tengo la impresión de que no te harán mucha falta. 

mrbubble: Espero que siempre me recuerdes. 

Me sentía culpable, sentía que no me lo merecía, solo logré sobrevivir por un capricho de Olivia, no por qué tenga algún valor más especial que los otros; no porqué haya mostrado más valentía ni porque sea mejor persona. Solo por un puto capricho. 

Recordé el inicio de la noche, cuando aún éramos 12, cuando todo estuvo bien aunque fuera por cinco minutos. 

Recordaba a Aria y su genio, recordaba a Pietro y su inteligencia, recordaba a Christine y su carisma, a Caterinna y su determinación, a Arthur y su liderazgo, a Leroy y su humor, a Thomas y su intuición, a Leslie y su bondad, a Sinyeon y su perseverancia, a Erwin y su actitud, recordaba a Venecia y su sensibilidad. 

Algunos merecían vivir más que yo, pero ya no importaba, ya todo daba igual. 

Tenía tanto que decirle a Olivia, estaba tan enfadada e indignada, no quería que creyera que nada de esto me había importado ni que estaba contenta o aliviada. Decirle que deje de actuar como si me mereciera este lugar más que el resto y que se dejase de hacer la víctima de una puta vez . 

Pero estaba tan jodidamente cansada. 

mrbubble: Adiós bestie, disfruta tu final feliz. 

Finalmente, después de 6 eternas horas, la llamada se terminó. 

Final feliz para esta noche tan trágica. 

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Caterinna Méndez en multimedia. 

Queda un capítulo y terminamos definitivamente.