Por las noches te amo.

4

Todo parecía fluir con normalidad y nadie sospechaba nada.

Hacía semanas que Aizawa se quedaba a dormir en casa de T/N y aunque era evidente que ella había superado su trauma, ninguno de los dos deseaba volver a como eran las cosas antes.

Ambos estaban ya muy acostumbrados a dormir en compañía del otro y no serían capaces de volver a hacerlo en soledad.

- Hey Shouta, últimamente estás menos gruñón.- Mencionó Mic.

- Es verdad.- Dijo Midnight.- ¿Al fin cambiaste ese futón viejo? Parece que has estado descansando mejor.

- No les incumbe.- Respondió.

- Ah, ese sí eres tú.- Rió Mic mientras las miradas de Aizawa y T/N se encontraban discretamente.

- Oye, T/N chan.- Dijo Midnight.- ¿Recuerdas que dijiste que no te gustaban los chicos de tu edad? Conocí al primo de una amiga, tiene 25 y es muy atractivo.- Dijo sonriente.

- Lo siento sensei.- Respondió T/N.- No estoy interesada.

- ¿Ay no me digas que es muy mayor?

- En realidad es muy joven.- Sonrió T/N dejando asombrados a los tres.

- No me digas que estás en busca de un abuelo.- Exclamó la mujer.

- No, no es eso.- Rió la chica.- Por favor olvidemos el tema.

- Vamos, quiero saber.- Suplicó.

- Ya déjala tranquila.- Espetó Aizawa.

- Hm, me agradabas más cuando irradiabas alegría.- Se quejó Midnight en tono infantil.

- Tranquilos todos.- Dijo Mic.- T/N chan, iremos a tomar algo en la tarde después de clases ¿Quieres venir?

- ¿En verdad? Quiero decir, como fui su alumna no sé si se sientan cómodos tomando conmigo.

- Ya eres una mujer adulta, nuestra colega y amiga, anímate.

- B-bueno...

Al salir de la escuela, T/N se reunió con todos los profesores fuera de la escuela para ir al bar en cuestión.

- No sabía que vendrían todos.- Dijo nerviosa.

- Tranquila.- Le dijo Mic.- Todos te adoramos, estarás bien.

Al llegar al bar se reunieron con aún más héroes profesionales y T/N estaba cada vez menos cómoda.

- Relájate.- Le dijo Aizawa tomándola por sorpresa.- Sólo ignóralos.- Dió un sorbo a su bebida.- ¿No pedirás nada?

- No sé si...

- Eraser!- saludó una voz femenina.

- Ay no...- Dijo éste, poniendo cara de desagrado y dándose la vuelta, encontrándose con Miss. Joke.

- No puedo creerlo, tú hablándole a una chica!

- Hola, soy T/N.- Intervino la chica algo molesta por la interrupción.- Soy profesora en la UA.

- Ahora lo entiendo.- Ríe.- Las compañeras de trabajo no cuentan Eraser. Deberíamos salir.

- No.

- JAJAJAJAJAJA adoro tus remates rápidos, vale mucho la pena molestarte.

Miss. Joke se quedó con ellos bromeando toda la noche.

Aizawa estaba irritado y T/N tan incómoda que no paraba de beber.

- Otro por favor.- Le dijo la chica al mesero pero Aizawa la detuvo.

- Creo que ya fue suficiente, a penas te tienes en pie.- Le dijo con preocupación el pelinegro.

- Eraser, te ves tan dulce así de preocupado, invítame un trago. JAJAJAJAJA.

- Cállate.- Gruñó el hombre.

- JAJAJAJAJAJAJA AMO TUS RESPUESTAS, CASEMONOS JAJAJAJAJAJAJA.

T/N apretó tanto el vaso en sus manos que éste estalló en cientos de vidrios rotos.

Aizawa se sobresaltó al ver el vaso romperse tan inesperadamente.

- Lo siento, no quise...- Decía T/N volviendo en sí.- Lo levantaré.- Añadió recogiendo vidrios del suelo.

- No hagas eso, estás sangrando.- La detuvo él, bastante alarmado.- Te dije que era demasiado, vamos a sacarte de aquí.

Él tomó a la chica con cuidado del brazo, dejándole a Mic dinero suficiente para cubrir la cuenta de los dos.

- Hm... De repente se rompió la diversión.- Dijo Miss Joke viendo como se alejaban.

- Suéltame... No eres mi papá!- Exclamaba cuál niña, haciendo berrinche.

- No, afortunadamente no lo soy.- Respondió él.- No quisiera que una hija mía se embriagara irresponsablemente en un bar y se cortara la mano con un vaso roto, te hubiese castigado todo el mes.

- Estaba rodeada de héroes profesionales.- Se quejó.

- Ya cállate.- Gruñó llevándola por las calles intentando ayudarle a caminar.

- Mi casa no está por aquí.

- No vamos a tu casa, vamos a la mía.- Dijo Aizawa.- Está más cerca y estás herida.

Al llegar a la casa del hombre, éste abrió la puerta y la llevó hasta la sala, procurando no ensuciar de sangre el piso.

Retiró la servilleta con la que había estado conteniendo la sangre y curó la herida con gran destreza.

- Eso dolió.- Dijo ella tras ser limpiada con un algodón mojado en algún líquido.

- Las heridas duelen, sorpresa.- Respondió sarcástico.- ¿Qué te pasó? ¿Por qué Apretaste tanto el vaso? Jamás te vi reaccionar con tanta violencia.

- No era mi intención.- Se quejó arrastrando las palabras.- Es que tu amiga me irrita.

- Joke no es mi amiga y sé que puede ser difícil, por no decir imposible, hablar con ella, pero debes ser cuidadosa.

- Lo siento.- Dijo ella bajando la mirada con tristeza.

Él suspiró.

- Está bien, vamos a dormir.- Le ayudó a llegar a la habitación ya que el sillón era algo pequeño.- Ten, ponte ésto, estarás más cómoda.- Le había tendido una camisa blanca y unos shorts negros de deporte.

La dejó cambiarse en la habitación y él fue a hacerlo en el baño.

Regresó con una camisa sin mangas negra y unos pantalones de pijama rosados.

- Lindo.- Dijo ella al ver su atuendo.

- No te burles, son cómodos.

- No me estoy burlando, el rosa te queda bien.

- Y a tí el alcohol te hace hablar demasiado.

Se metieron en el futón juntos y como, ya era costumbre, se abrazaron.

Ambos sabían que eso no era normal en una relación de amistad común, ambos sabían que había algo más.

Los dos eran concientes de que sus sentimientos propios estaban creciendo y tenían dudas sobre lo que sentía el otro y también de que su relación se estaba volviendo confusa.

De día eran compañeros y amigos y de noche se abrazaban para dormir y se había incrustado tanto en su rutina que por raro que fuera el hábito no estaban incómodos con él.

Aunque cualquiera que los descubriera podría malinterpretar lo que eran.

Ellos sabían todo eso pero es que dormir en compañía del otro era tan placentero que no podían simplemente no hacerlo.

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