Capítulo uno.

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Se supone que esta es mi historia, pero no, es de ella.

* 5 de Mayo del 2018 *
- ¡Jim vas a llegar tarde!
Levanto la cabeza y miro a mi alrededor, los rayos del sol indundan mi habitación. ¿Qué hora es? De seguro ha de ser las siete de la mañana por eso mamá me grita desde las escaleras.
Me levanto de la cama y estiro mi cuerpo mientras me rasco la cabeza. Hago lo que suelo hacer diariamente. Ir al baño, tomar una ducha, vestirme, bajar las escaleras, desear los buenos días a mamá y a pochita, si, pochita es mi perro, lo puse así por un manga que estoy leyendo, es el nombre de un demonio, amigo, mascota del protagonista. Digamoslo así.
Agarro el desayuno y salgo a apuras de casa.
- ¡Que te vaya bien y cuídate! - Grita mi mamá.
Como todas las mañanas.

- HOLAA JIM - Grita mi amigo y corre hacia mi. Me da una palmada en la espalda. Lo cual provoca que mi garganta haga pasar sin mi permiso al pedazo de sándwich que estaba comiendo. Me pongo a toser y al par intentar saludar a Edward.
- Oh viejo, lo siento. - Hace una reverencia.
- Ya levanta la cabeza idiota - Le exijo.
Edward es mi amigo de infancia desde los cuatro años, nuestros padres también son amigos, vivimos cerca uno del otro, lo cual nos permite ir al colegio juntos todas las mañanas.
- ¿Estás preparado? - Me pregunta Edward.
- ¿Para qué? - Le digo. Dudoso.
- Para un nuevo día de clases.
- Sí - Afirme.

365 días junto a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora