Picnic con, sí, amigos.

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Camila deja estacionado el auto color rojo fuera del parque y espera a que su hija baje para bloquearlo.

—Siempre que pasa esto... ¿Yo los veo a ellos?— Pregunta Luz.

—Sí.

—¿Y siempre les agrado?.

—Mija' claro que sí. Cada día les agradas más.

Luz asiente, respirando profundo, oliendo el aroma de los pinos y otros árboles.

Camila empieza a recorrer el camino de tierra, yendo a lo profundo del gran parque.
Luz la sigue.


Después de un par de minutos, ambas llegan a un grupo de chicos. Una de ellas recargada en el tronco marrón del árbol que les da sombra, y las otras dos personitas sentadas sobre la tela de cuadros rojos y blancos.

Los tres al oír los pasos sobre el césped voltean y ven a la esperada Luz Noceda.

—¡Luz!— Dicen al mismo tiempo, levantándose para abrazar a la mencionada, durando mucho tiempo.

—Yo-yo... ¿hola?— Luz se pone algo incómoda. Aún haber visto el video, no los conocía cómo debería.

—¡Ayer íbamos a visitarte! Pero-
Willow es interrumpida.
—¿Vieron el video?— Dice Gus.
—De verdad nos alegra verte— Pronuncia Amity.

Luz se agobia, los tres volvieron a hablar al mismo tiempo.

—Me tengo que ir al trabajo. Cuídate— Camila le besa la frente a su hija, despidiéndose de los chicos después.

Luz se pone nerviosa. Nadie le había dicho de esto. Ninguna persona le advirtió que se quedaría sola. No recordaron ellos que no sabía socializar.

Los tres escuchan la respiración agitada de la morena y deciden actuar.

—¿Qué libro de La Buena Bruja Azura te gusta más?— Pregunta Amity con calma, con naturalidad.

Luz sube lentamente la vista para ver a la de pelo menta, luego al moreno y a la de lentes.
—Ustedes... ¿los han leído todos?.

Los tres asienten y se comienzan a sentar sobre la manta. Luz copia sus acciones con temor de hacer algo mal.

Luz tomó confianza después de los 20 minutos, cuando los demás empezaron a hacer chistes del libro. Ella siempre tuvo unos en mente, así que los sacó a la luz. Ellos se rieron, dejando a Luz contenta.

Después de comer burritos, fruta picada y beber refresco, deciden dar una vuelta por el parque, dejando cómo estaba la zona en la que estuvieron.

Durante la relajada caminata, a Gus se le sube una ardilla en el brazo. El mismo chico se alarmó, pero Luz con cuidado toma al pequeño animalito y lo deja en el suelo. Este corre y escala el árbol más cercano, desaparecido entre las hojas verdes.

Gus le agradece y Luz sólo le sonríe.

Los chicos se detienen al llegar a una larga reja que daba vista al barranco.

—Se imaginan que abajo...— Luz deja de hablar en voz baja para dejar de hablar por completo.

—Luz, di lo que querías decir— Le anima Amity.

La morena asiente con nervios y repite.
—¿Se imaginan que abajo... estén los gatos de almas?—

Los chicos se confunden... esta vez Luz no habló del monstruo del barranco.

—¿Qué son?— Pregunta Willow.

Los dos chicos la miran, con curiosidad por la respuesta.

Luz gira hacia ellos, dándole la espalda a la reja.
—Ellos... Bueno, dicen, que cuando alguien muere en la barranca, se transforma en gato— Luz se rasca una oreja.

Caras conocidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora