Caras conocidas

Mejoras

Amity entra a la casa de Luz, guardando su copia de llaves en su mochila. Cierra la puerta con tranquilidad y se sienta en el sofá, sugerencia de Camila Noceda.

Sobre ella, en el segundo piso, resuenan dos tipos pasos: uno tranquilo, y el otro agitado, nervioso.

Inquieta, la de piel pálida y cabello de choco-menta, imagina las posibles y similares reacciones que Luz pudo haber tenido esta mañana al saber de su situación.

—Pudo haber creído que era una broma— Empieza a decir, escuchando palabras inaudibles.—Y luego ya no. Puede que ahora este llorando o confundida— Se comenta, susurrando, dejando de oír pisadas y las posibles palabras del piso de arriba.

Deja de hablar para solo pensar.

Ella aguantaba las ganas de subir a ver cómo de encontraba, me mantiene paciente cómo todos los días.

Después de unos minutos, Camila baja de las escaleras para hablarle de lo qué pasó allá arriba, sobre Luz. Media hora después, Luz baja de las escaleras con nervios. Traía un short negro, camisa con un dibujo de un conejo y un suéter largo puesto color azul opaco.

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Luz, con la primera insistencia de su madre, se quedo en los sillones de atrás del carro, junto a Amity.

Ambas mantenían su distancia.

La de cabello menta ve las manos de la morena, las nota temblando.

—Cuando...— Empieza a hablar Amity, teniendo la atención curiosa y nerviosa de Luz. —Cuando tenían que operarme en las costillas, porque se habían hecho pequeñas grietas, tenía miedo.

Luz seguía escuchando.

—Aunque no había mucho peligro, quería llorar. No lo hice, pero sí quería.— Amity sonríe. —Antes de que me durmieran, mi familia me prometió que iríamos a la feria y me comprarían un helado. Todo salió bien.

Amity se levanta la camisa solo para que se vieran las dos largas cicatrices que tiene en ambos costados de sus costillas, en los huesos más bajos, después se acomoda la camisa.

—Hace mucho que no voy a la feria... ¿Verdad?— Luz mira por el retrovisor a su mamá.

—Hace mucho que no vamos— Confirma Camila. —¿Quieres ir después del chequeo?.

Luz asiente

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Luz termina de colocarse la bata de hospital, avisa y el doctor, junto a su madre y novia, se acercan a ella.

Camila la tranquiliza con un abrazo después de escuchar las indicaciones. Antes de entrar a la sala con la gran máquina, Amity le aprieta las manos para darles ánimos.

Las personas van a sus sitios, esperando lo mejor.

Luz se recuesta en la camilla, mordiendo una pastilla.

Camila y Amity esperan fuera de la habitación.

El técnico prepara las funciones detrás de la pared especial, con ventana y puerta en dirección a la máquina.

La camilla empieza a entrar en la máquina de tomografía, mientras que, por el intercomunicador, le dice a Luz que no durará mucho el proceso.

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El proceso termina después de unos 10 minutos aproximadamente.

Luz había devuelto la bata y regresa con su madre y Amity después de colocarse sus prendas.

En lo que regresaba el doctor, las tres esperan en la habitación que él mismo les enseño.

Hablaron y Luz decía que se sentía bien.

Cuando el doctor entro a la habitación, en una gran tabla coloca las radiografías y explica las mejoras que el cerebro a tenido con un orgullo y paz.

—Así es, Luz. No faltará mucho tiempo para que vuelvas a recordar todo cómo antes —Responde sonriente.

Amity y Camila se ponen feliz, abrazan a Luz. La morena de pelo corto sólo se sonroja por felicidad.

Sacan una nueva cita, agradecen y salen del hospital.

Cuando todas entran el el coche, Camila mira la hora en su celular.

—Son las doce en punto — Gira la cabezada hacia atrás, para ver a las chicas. —Quieren ir hoy a la feria o... ¿otro día?.

Ambas jóvenes se miran entre si, sonríen y Luz termina por responder.

—Sí, hoy estaría bien.