—Os va a encantar la casa, es perfecta para una pareja joven como vosotros —Nos comenta la agente inmobiliaria antes de abrir la puerta principal. Se hace a un lado y nos indica con la cabeza que pasemos—. Pasad.
James toma mi mano y entrelaza nuestros dedos. Se adentra en el interior del lugar, que es tal y como se veía en las fotos pero con algún que otro mueble nuevo.
—Sois muy afortunados. Tu padre es un buen amigo mío y he podido hacerle un hueco hoy a última hora, pero pensároslo bien porque es una casa muy solicitada.
Hoy estamos aquí, en el que podría ser nuestro futuro hogar, gracias a que el señor Howards no tardó en llamar a la agencia en cuanto James le dijo que queríamos verla. Nos consiguió una cita al día siguiente y tuvimos que tomar rápidamente un avión rumbo a Detroit.
—Podéis verla con tranquilidad y si tenéis alguna pregunta no dudéis en hacérmela, os espero aquí.
James y yo nos damos una vuelta por cada una de las habitaciones y nos detenemos en la más pequeña de todas. Las paredes están pintadas de un color caramelo, que me encanta, y aunque está vacía, ya puedo imaginar la cuna colocada en una de las esquinas, un cambiador al lado y un montón de juguetes tirados en la alfombra del suelo.
—Está podría ser la habitación de nuestro bebé —le comento.
—Creo que estábamos pensando lo mismo.
Por suerte, solo tendríamos que comprar muebles para esta habitación, ya que todo lo que hay en la casa viene incluido en el alquiler.
—¿Qué te parece?
—No está mal, pero James ya te dije que no puedo renunciar a Boston con tanta facilidad. Agradezco el esfuerzo de tu padre, pero creo que si no estás dispuesto a mirar nada más allá de Detroit, tendremos que hacerlo de otra manera...
James se lleva las manos a la cara y suelta un largo suspiro. Sé que lo está intentando por los dos, pero esto no va a funcionar si solo yo estoy dispuesta a ceder.
Mi teléfono comienza a sonar haciendo eco en la habitación vacía, lo saco de mi bolso y miro el nombre que aparece en la pantalla.
Kalie.
—Es Kalie, tengo que cogerlo.
Salgo de la habitación y descuelgo rápidamente la llamada.
—¿Harper? No te molesto, ¿verdad?
—No, ¿pasa algo Kalie?
Por su tono de voz puedo notar que algo no va bien.
—He recibido una llamada de tu madre. Al principio me ha sorprendido porque no sabía cómo había conseguido mi número, pero después lo he entendido todo.
—¿Por qué te ha llamado? —le pregunto nerviosa.
—Harper, me ha pedido que busque una nueva compañera de piso.
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Harper & James
Novela JuvenilHarper Edwards nunca había imaginado que acabaría enamorándose de James Howard, pero las vacaciones de verano han sido muy largas y les ha permitido conocerse mejor. El problema es que ninguno de los dos se ha atrevido a admitir lo que siente el uno...