Lo de nosotros. Ja.
Caleb Burck.
Ray había dicho que se encontraba bien, que no fue nada grave, entonces no entendía por qué no había regresado a clases, ni tampoco me contestaba cuando llamaba.
Gregory tampoco había dado señales de vida.
Así que mi tía y yo decidimos visitarlos.
«Desesperados»
Qué patético.
Para lo que he quedado.
Rose toca el timbre y yo me hago el desinteresado jugando con mi teléfono y una mano metida en el bolsillo. Nos abre Gregory.
— No los esperaba —abraza a mi tía— Menuda sorpresa.
Entramos en la casa y choco con Danna que venía bajando las escaleras, la muy correcta saluda regalando una sonrisa y se despide antes de irse.
Primera chica que me cae mal.
— ¿Dónde está Will? —pregunto.
— Está en su habitación. Sube si deseas.
Este señor desconoce sobre mis gustos, y mis intenciones para con su hijo. Además, está tan entusiasmado con mi tía, que no se da cuenta que Will está a punto de ser devorado por la bestia.
Los dejo solo en el salón y me voy hasta su habitación. Entro sin avisar.
— Te había dicho que dejaras a Danna —protesto.
Will me observa desde la cama, está más pálido y delgado.
— ¿Qué haces aquí? —inquiere.
— Eso no importa ahora —sigo con mi enfado— Llevo días sin saber de ti, ni un puto mensaje, no contestas el teléfono y llego aquí y lo primero que me encuentro es a tu novia.
— Buenas noches, Caleb —me dice— ¿Cómo estás? Yo muy bien, gracias por preguntar.
Dice irónicamente.
— Si tienes una visita de tu novia a esta hora se supone que estás estupendo.
— Danna no es mi novia —confiesa— En realidad nunca lo fue.
— ¿A qué te refieres?
— Le pedí ayuda porque estaba confundido contigo y necesitaba que te alejaras un poco de mí.
— ¿Por qué me quieres lejos de ti? —doy unos pasos y me siento a su lado.
Lo veo tragar en seco.
— Me enfermas de mala manera —se pone incómodo por mi cercanía— Contigo no quiero nada, pero es verte y ya estoy deseando que me hables o que me insultes me da igual.
— Ray te lo demostré en el hospital —le digo— y lo voy a volver hacer si es necesario. Para que te des cuenta.
Me apoyo sobre mis brazos y pego nuestros labios. El rubio tarda en reaccionar pero termina besándome. Jadea por causa de mi lengua y me quedo satisfecho al ver la erección en su pantalón.
— Yo no quiero que nadie lo sepa —me pide.
— ¿Qué nadie sepa qué?
— Lo nuestro.
— Lo nuestro —me burlo— Eso no existe. Lo único que tienes que tener claro es que serás solamente mío y yo seguiré haciendo lo que me dé la gana.
— Me parece que estás equivocado.
— No lo estoy, Ray —le interrumpo— Aprenderás en el camino o te destruiré en el proceso.
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La Bestia ✓
Teen FictionLa bestia se enamoró del chico bueno. (Gay+18) ¡Ocurrió! Aunque no se sabe el día exacto, sucedió. El chico perfecto, con su belleza, inteligencia, responsabilidad y educación, logró que la bestia se enamorara de él. Eran tan diferentes, como el d...