Capítulo 7

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Capítulo 7, la tía Em. 

El grupo estuvo caminando por la costa del río del estado de Nueva Jersey. Ellos estaban algo molestos pues se habían olvidado sus mochilas en el autobús, la policía había rodeado el lugar y les hizo imposible acercarse al autobús. 

La más furiosa de todas era Annabeth, ella había dejado su gorra de los Yankees en su asiento por las prisas. Sin embargo la semidiosa no perdió su compostura. Podría imaginarse lo que su hermano haría en esta situación y eso sería simplemente seguir adelante. 

Aun así su furia era notoria y por este motivo Percy y Grover decidieron no irritar más a la hija de Atenea, por su propia seguridad dejaron que ella liderará el camino y se mantuvieron en silencio.
Los dos hombres del grupo se miraron entre ellos, un poco asustados de lo que una Annabeth enojada era capaz. Ambos rezaban que no se asemejara a su hermano. 

"Atrás esta es una zona restringida..." 

Dijo la oficial al campeón de Hades. Con molestia en sus ojos el hombre rubio volvió a ver a la mujer y esta dejó de impedirle el paso. 

Al igual que ella el resto de oficiales y médicos seguían haciendo su trabajo más parecían no percatarse de cómo el rubio pasaba por el medio de todo. Si bien él no era de los mejores, el rubio aun tenía un control más que decente con la niebla. 

Adentrandose en el vehículo Boruto fue hacia atrás de todo donde sentía que su mochila se encontraba. El abrió un poco sus ojos al verla pues la gorra de su hermana y las otras mochilas también estaban ahí. 

Rápidamente él guardó la gorra en su sudadera y se arrodilló para posteriormente abrir su mochila.
De ella una serpiente gris se dio a conocer, al verlo el reptil de no más de veinte centímetros hizo algo inesperado, ella habló. 

"Hola Maestro Boruto, es bueno que finalmente regrese." 

Dijo el animal de sangre fría. 

"Lo mismo digo Torakka, dime ¿Que paso aquí?" 

Pregunto el uzumaki a la serpiente de su convocatoria. 

"Unas ancianas se transformaron en los monstruos que atacaron a tu grupo, ellos lograron matarlas y salieron corriendo de aquí. El choque fue un daño colateral. Además dijeron algo sobre que un tal Zeus quería la sangre del muchacho." 

Al escuchar la explicación de su convocatoria Boruto suspiro aliviado, al menos sabía que los mocosos estaban a salvo y quien había sido su atacante. 

"Bien, ya puedes irte. Gracias por tu servicio." 

Dijo el campeón de Hades, ante esto la serpiente asintió con su cabeza y desapareció en una nube de humo. Por las dudas esta mañana Boruto había convocado a una de las serpientes de la cueva Ryūchi para usarla como rastreador en el caso de que él se separara del grupo o que estos huyeran de él. 

Tocando el suelo debajo de él Boruto cerró sus ojos, un segundo más tarde los volvió a abrir. Los niños no estaban lejos de aquí, tan solo a unos cinco kilómetros. 

"¿Qué dice ahí?" 

Preguntó Percy, su dislexia le dificulta leer el cartel de esta extraña tienda de recuerdos que estaba a un lado de la carretera. 

"Atnyu mes gderan gomen meprouim." 

Dijo Annabeth haciendo que el hijo de poseidón la mirara confundido. 

"Yo también tengo dislexia, Percy..." 

Dijo ella como si fuera algo obvio. El mencionado por un segundo se vio algo apenado, como a ella le gustaba leer tanto a veces se olvidaba de ese detalle. 

El frío hijo de AteneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora