Capítulo 14

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Capítulo 14, El señor de los muertos. 

El trayecto fue relativamente tranquilo, al estar un mortal presente los semidioses menores no podían hablar sobre la búsqueda, su dominio limitado sobre la niebla no les permitirá ocultar su charla por tanto tiempo y el rubio agradeció esto de sobre manera. 

Apreciaba el silencio dado por el hecho de viajar en taxi. Mirando por su ventana el hijo de Atenea suspiro con cansancio, esperaba que Luke y Quirón siguieran las instrucciones que les había dado, de ser así su plan sería exitoso. 

Incluso si podía llevar a Ares en una pelea 1 vs 1 el uzumaki no era iluso. Las reglas de combate no aplicaban de la misma forma para un duelo entre un dios y un mortal. 

La deidad en contra de su voluntad reduciría su poder para ser del mismo tamaño que el de su contrincante mortal, si lo pensaba bien incluso Percy podría vencer a Ares pues por las leyes antiguas su poder se vería suprimido. 

Lo que normalmente era una ventaja para los semidioses era una maldición para el campeón de Hades. Ser mucho más fuerte que lo que en realidad un semidiós debería de ser finalmente le pasó factura. 

Él era más fuerte que Ares, le podría ganar en una batalla sin duda incluso si no suprime su poder como su cuerpo lo haría cuando enfrenta a otros mestizos. El problema es que Ares estaría exento de ese limitante al ser que su rival está a su altura. Eso significa que el dios podría entrar en su forma divina, eso era Game Over para el rubio. Si lo miraba en ese estado no solo se pulverizaría sino que no tendría chances de ganar. 

Boruto era orgulloso pero no estupido, sabía que ni con su nivel actual incluso si usa su marca Karma; podría vencer a un dios Olímpico en su forma divina. Algo como eso simplemente estaba más allá de él. 

Pero como en todo, el rubio ya tenía una estrategia para solucionarlo o eso esperaba... 

Aparte de la previsión del hijo de Atenea para el futuro cercano nada más relevante ocurrió en el trayecto. Los niños simplemente miraban y hablaban sobre los paisajes mientras que él se relajaba y tenía una pequeña charla con el conductor ocasionalmente.
Eventualmente ellos llegaron a su destino en tres horas y media, el trayecto normalmente solía tardar cuatro horas más la suerte por una vez estaba de su lado y no se toparon con nada de tráfico. 

"Llegamos, esto es Santa Mónica..." 

Dijo el rubio mientras miraba la espuma de las olas disolverse en la arena. Algo dudoso Percy tragó su propia saliva. 

"¿Y ahora qué?" 

Dijo el chico mientras alzaba su mirada para mirar directamente al rubio. Este simplemente se alzó de hombros y cerró sus ojos. 

"Ni idea, fue tu padre el que nos pidió venir hasta aquí..." 

"Tendríamos que acercarnos al agua, dudo que Poseidon se salga de su dominio y menos en un lugar como este..." 

Dijo la rubia mientras veía una lata de refresco medio enterrada en la arena.
Y así lo hicieron, el grupo se acercó a la orilla y bajo la instrucción de ambos rubios Percy se metió al mar, sabía que sus prendas no se mojaran pero aún no se acostumbraba a ello. Luego de un minuto el hijo de Poseidon se sumergió en las profundidades lejos de la vista del grupo. 

De alguna forma Percy logro escapar del rango de detección de Boruto lo cual lo altero por unos instantes mas pronto se calmo a si mismo, era imposible que algo malo le pase a un hijo de Poseidón en el mar, posiblemente el aura del dios era lo que estaba alterando sus sentidos... 

Mientras el grupo esperaba el regreso del pelinegro Grover se puso a recoger la basura que se encontraba mientras que los dos niños de Atenea se había sentado en la arena esperando el regreso del cerebro de algas. 

El frío hijo de AteneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora