Beyblade Weird AU's Part 1

Los hermanos Konzern

Gina se despertó más temprano que cualquiera, para así utilizar el baño antes de que los chicos se levantaran, cambiarse, y luego salir de la sala común, no quería que nadie la viera salir del cuarto de estos y pensaran cosas que no eran, se metería en problemas y metería en problemas a su padre. Sabía que no podía ir a su sala común, si alguien la veía llegar sabrían que no estuvo ahí en la noche, esperaba que nadie de su cuarto notara su ausencia, así simplemente diría que salió temprano. Y sí que era temprano, afuera estaba helado y el sol apenas comenzaba a salir, sin embargo, ella decidió ir al patio de todas formas, específicamente al de la torre del reloj, para pensar un rato sentada en la fuente del patio. Observó el agua de ésta y como los rayos del sol matutinos la iluminaban.

Suspiro, dejándose hundir en sus propios pensamientos;

¿Es solo porque soy una Hufflepuff? ¿Será ese el motivo por el que mi padre no me quiere en realidad? Aún después de todo lo que me esfuerzo... Mis notas no son malas, soy muy buena en transformaciones, vuelo y pociones, y soy la mejor de la clase en herbología. Nunca he desobedecido alguna de sus órdenes, nunca reclamé por alguna de éstas, ni me quejé hasta ahora... Casi olvidaba eso, tengo que encontrar a los alumnos que dijo. Julian, Toby, Zeo y... Damian.

Recordó la noche anterior, recordó como este se hizo notar al no inclinarse frente al director, y recordó los grises ojos que este tenía. Eso la hizo sentir un escalofrío, como si a fuera no estuviese lo suficientemente helado.

No quería tener que hacerlo, pero ¿Qué otra opción tenía? Desobedecer a su padre no era una, claramente.

—¿De qué sirve? Aun si sigo haciendo a la perfección todo lo que me piden, nunca reconocerán mi esfuerzo... Mi padre jamás va a quererme solo porque no soy una Slytherin como él. —Tibias lágrimas ya rodaban por sus mejillas para caer en el agua de la fuente. Por más que las secara con las mangas de su túnica, estas volvían a aparecer, y en medio de su lucha por frenar su llanto, una voz la hizo dar un pequeño salto, no pensó que hubiera alguien más en ese lugar a tal hora. La misteriosa voz, con un muy leve acento italiano, provenía de un joven rubio, de ojos azules como la profundidad del océano, le recordaban a observar a través de las ventanas de la sala común de Slytherin, la luz de luna que pasaba por el agua del lago fuera de estas, un profundo y a la vez brillante azul, como dos zafiros sobre la cara del joven, resaltando sobre esa pálida piel, y ese claro cabello largo y liso. —Disculpa si te asuste, ¿Te encuentras bien? —Ella observó hacia otro lado, asintiendo en silencio, para continuar la lucha silenciosa que tenía con su propia tristeza. —No sabía que los estudiantes de este colegio se levantasen tan temprano.

La joven parecía no querer entablar una conversación, pero él no se rendiría tan fácil, no acostumbraba a recibir un "No" por respuesta. —Perdona mis horribles modales, mi nombre es Julian, Julian Konzern. —Gina levanto la cabeza, reconocía ese nombre. —De Durmstrang, como habrás notado. ¿Puedo saber tu nombre? —El estiró una mano hacia ella, en forma de saludo. Está contesto tomando su mano mientras decía —Mí nombre es Gina. Mi apellido debes conocerlo por mí padre, quizás, ¿Conoces a Doji Igarashi?

El ambiente entero había cambiado notoriamente, hasta parecía que el ruido de los pájaros se había detenido por un momento, pero no era así, éste solo era opacado por el ruido del agua en la fuente. —Oh, así que tiene una hija. Nunca lo menciono. —Para la sorpresa de ella, en vez de un común apretón de manos, lo que obtuvo fue un beso sobre su mano, algo que la hizo olvidar todos los problemas en su cabeza por solo un momento. "Concéntrate", pensó. Él prosiguió. —Curioso. ¿Por qué habría de ocultar tal belleza de hija?

—Tus palabras son muy dulces, joven Konzern. —Ella aparto su mano cuando este la soltó —Sin embargo, mi padre prefiere pretender que yo no existo. Para él no es importante el mencionar que tiene una hija.