—Sigo pensando que te conseguiste un hogar demasiado lejos de la ciudad, es casi una hora de recorrido—digo jadeando por el cansancio.
—No iba a arriesgarme a ser asesinado si se enteran que les mentí, además, es un lugar tranquilo—contesta Luan mientras se limpia el sudor de la frente.
—Mi pregunta es, ¿Cómo le decimos a Moctezuma que llegarán esos weyes?—pregunta Juan.
—Yareth le puede traducir algo como: "llegarán hombres blancos, cubiertos de metal, montados en bestias, serán peligrosos, pero podremos retenerlos, no ataquen, hasta que nosotros digamos"—dice Luan mientras mueve sus manos como si diera una entrevista.
—Bien, llegamos, de nuevo—digo al ver la ciudad flotante en el lago. Caminamos por la conexión de tierra que funciona como puente. Me siento en mi pueblo, con nopales y culebras alrededor, me faltaría un sombrero para el sol y creería que tengo que espantar coyotes con un machete. La gente al vernos, nos reconoce al instante, acercándose pero manteniendo distancia.
—Me pregunto si ellos serían capaces de portar armas de fuego—dice Juan al ver las pequeñas multitudes de gente.
—Con simples piedras mataban españoles, no por nada era, bueno, es, el pueblo más sanguínareo y cruel para los demás, gracias a tu amigo alex, más bien, el dios de la guerra—contesta Luan.
—Si me dices Dios de la guerra, me imagino a Kratos y Zeus, aunque se escucha chido—dice Juan en su conversación.
—No hablen a mis espaldas culeros, presten atención a lo que vinimos—digo.
—Como ordene, su majestad—contestan al unísono mientras ríen un poco. Moctezuma está cerca, al parecer la gente lo mando a llamar para que se encontrara con nosotros.
—Yareth, ¿Escuchaste el pequeño discurso en el que platicamos?—pregunta Juan.
—S-si—contesta temeroso.
—Bien, dile a Moctezuma sobre los hombres blancos—dice Luan. Yareth le procede a explicar en su lengua natal, aunque, no sabemos si el rumor de Hernán ya está aquí.
—Moctezuma dice: "Ya habíamos escuchado sobre aquellos hombres blancos, cubiertos de metal, esperábamos su llegada, pero ustedes nos han advertido sobre su peligro, seremos cuidadosos, traeremos a nuestros mejores guerreros, y les daremos el agua precioso en su honor"—dice yareth en representación de Moctezuma.
—¿Agua preciosa?—le pregunto a Luan susurrando.
—Sangre—contesta Luan en un tono bajo.
—Ah—digo sin más.
—Dile que nosotros seremos de los primeros en hablar con ellos, pero que estén preparados, ocultos y listos en caso de emergencia, nosotros daremos la orden de ataque—dice Juan. Yareth rápidamente traduce.
—"Estará listo lo que nos han pedido antes de que caiga la noche, disfruten de su hogar" —traduce yareth. Posteriormente, nuestro camino sigue, aunque mucha multitud sigue observandonos, me siento algo incómodo.
—¿Vamos al templo Mayor?—pregunta Juan.
—Si quieres—digo.
—En todas formas, nuestra máquina se quedó arriba—dice Juan y ríe un poco. Es verdad, la máquina que nos trajo, se me había olvidado.
—Pueden imaginar ¿cómo todo esto se convirtió en la ciudad de México—pregunta luan sentado en las últimas escaleras.
—No, no me lo puedo imaginar, me gustaría visitar también la revolución, la independencia y la batalla de puebla, aunque, con nuestro desmadre del tiempo, no será posible—dice Juan y se acuesta en la piedra del templo.
—Oh si tengo que explicarles eso. Esta línea del tiempo, no es la nuestra, osea, todo lo que hagamos se quedara aquí, cuando regresemos a casa todo será normal—dice Luan y se estira un poco.
—No entiendo bien—digo confundido.
—Imagina las cuerdas de un violin, son muchas, en una línea recta, sujetas con el clavijero, en este caso, el clavijero serían los mundos que sostienen nuestras líneas del tiempo—contesta Luan.
—¿Y el clavijero sería...?—pregunta Juan.
—El clavijero que sostiene las cuerdas, serían los inframundos y los paraisos que hemos creado—contesta Luan.
—¿Y quien tocaría el violín?—digo curioso.
—No seria algún dios, entraríamos en un dilema enorme al buscarle una respuesta, en lo personal, el tiempo toca ese violin, tocando notas de una canción que ya esta escrita o no debe ser cambiada. Nosotros seríamos un pequeño fallo en una nota musical, un error en una cuerda del volin que sonara raro por poco tiempo, pero no afecta las demás notas en adelante. Estamos entrando en filosofía y teoría musical y ya me dio hueva—dice Luan seguido de un bostezo.
—Música.... —digo melancólico. Busco en la bolsa de mi pantalón y saco el pequeño reloj de bolsillo que planeaba regalarle a mi hermano.
—¿Estas seguro que regresaremos a casa?—le pregunto a Juan en un tono bajo.
—Eso espero.... Eso espero—contesta. El sol está por ocultarse, al mismo tiempo que la gente de Tenochtitlan se prepara para mañana.
—Disfruten del cielo de la noche, no volverán a ver algo igual en nuestras fechas—dice Luan sin despegar la mirada al cielo. Al observar, un conjunto de estrellas y colores variados, iluminan el lugar, no hay contaminación que oculte la visión, es tan hermoso.... Que jamás pensé ver algo así.
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Préstame tu máquina del tiempo
Science FictionHace muchos años el fuego consumió mi casa, familia y recuerdos, ahora soy una persona mayor, estoy a cargo de mi hermanito menor que afortunadamente no fue víctima de ese terrible accidente. Pero mi destino cambió a un rumbo perdido a una extraña e...