𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐕𝐄 | Levi Ackerman

-22-

Capítulo 22

Amor...

El primer sobrenombre que había utilizado Levi conmigo. Claro, aparte de "mocosa".

Aunque no lo quisiera reconocer, sus simples palabras habían hecho un revoltijo en mi estómago.

Levi me había enviado a descansar por el resto del día, sin darme tiempo de cuestionar sus palabras.

Pasé el resto del día sola en mi habitación. Hange y Armin me habían visitado de manera independiente. Sasha, Connie y Jean me llevaron todas las comidas que me salté, aún así no entraron. Según Jean debían darme mi espacio, por lo que se instalaron en el pasillo y me acompañaron durante un par de horas través de la puerta cerrada. Solamente ellos podrían pensar que eso es darme espacio.

Cayó la noche y sobrepensar las cosas era lo mejor que se me daba en esas ocasiones.

Repasé todo mi día, todas las emociones que me habían acompañado, todas las personas con las que había hablado.

No puedo creer que la persona que trató de tocarme esté durmiendo plácidamente en la habitación contigua.

Por otro lado, Kei había sido demasiado dulce al dispersar la atención en ese momento.

Pero lo que invadía completamente mis pensamientos era otra persona.

¿De verdad no quería saber lo que realmente sucedió en la mañana? ¿Acaso le importaba que estuviera con otra persona? ¿En serio confía plenamente en mi palabra?

Así pasé mi noche, sin poder dormir ni un poco.

El cantar de los pájaros me indicaron que era hora de levantarse. Acompañado de quejidos y maldiciones al aire, obligué a mi cuerpo prepararse para un nuevo día en la legión.

Afortunadamente mis tareas eran simples por lo que si las terminaba rápidamente tendría toda la tarde libre.

Apenas di un paso fuera de la habitación, pude notar rápidamente las constantes miradas de los soldados que pasaban.

En mis 4 años de servicio en la legión, jamás me había sido involucrada en un problema de este calibre. De hecho, no recuerdo alguna vez sido la persona de la cual rumores habían sido esparcidos.

Evité cruzar miradas con cualquier personas que no fuera imprescindible para mis labores, obviamente aún así pude escuchar los murmullos que provocaba mi presencia.

Agradecía estar en el escuadrón de Levi, te daba una especie de respeto ser cercano al hombre mas fuerte de la humanidad por lo que simples miradas fue lo máximo que recibí hoy.

Ya eran las 4 de la tarde y había acabado con todas mis tareas. Extrañamente no me crucé con Ackerman en ningún momento.
Las ganas de preguntarle acerca de sus palabras me mataban, incluso estuve dispuesta en visitarle luego a su oficina para cumplir mi prometido, pero recordé que Levi no es una persona especialmente abierta, tal vez le moleste mi constante presencia.

Además, no somos nada especial, ¿no?

Menee mi cabeza intentando disipar cualquier pensamiento fuera de lugar y me dispuse a encaminar mis pasos hasta el comedor.